Entró demacrada y salió esposada. Lindsay Lohan no levanta cabeza. Una jueza ha vuelto a poner a disposición penitenciaria, la ha condenado a limpiar la morgue de un tanatorio y para colmo su padre asegura que los dientes destrozados de su hija son por fumar crack. ¿Alguien da más?
El rostro de LiLo este miércoles en el juzgado de Los Angeles era el rostro de la decadencia física y personal. A pesar del maquillaje; la mirada perdida, los ojos hundidos y la cara desencajada evidenciaban que la otrora niña prodigio y posterior party-girl favorita de Hollywood sigue viviendo un infierno. Para colmo no consigue solucionar sus problemas judiciales.
La jueza que lleva su caso ha determinado en la vista que Lohan no está cumpliendo con su condicional y la mandó de nuevo a la cárcel. Sin embargo, fuentes penitenciarias han confirmado a la revista People que Lohan ha pagado una fianza de 100.000 dólares para poder obtener, una vez más, arresto domiciliario.
Por otra parte, Lohan debe empezar un servicio comunitario de 120 horas ¡limpiando la morgue del tanatorio de Los Angeles!
Mientras Lindsay visita juzgados, calabozos y morgues, su padre hace lo propio acudiendo a platós de televisión. Michael Lohan habló sin tapujos de la dentadura de su hija, que está muy deteriorada como informábamos en Divinity recientemente. “Ella está fumando crack o metanfetaminas, una cosa o la otra, y no lo voy a ocultar", aseguró sin problemas.
El padre de la estrella niega la versión oficial de que los dientes de Lindsay se encuentran dañados por una medicación prescrita por un doctor: “Si tomas medicamento que afectan a tus dientes, estos no sólo afectan a tus dos paletas, como le ha pasado a mi hija”.