Manuel Díaz González tuvo una infancia señalada por la ausencia de su padre, aunque su madre se encargó de hacerle saber desde bien pequeño que por sus venas corría sangre de Manuel Benitez ‘El Cordobés’. Con apenas once años y tras pisar por primera vez una plaza de toros, el pequeño le dijo a su progenitora: “Mamá, sé quién es mi padre y quiero ser torero”.
Sin embargo, no fue hasta 2006, después de cuarenta años de incansable lucha, cuando el diestro logró el reconocimiento que quería, al menos el legal. La demanda de paternidad echó a rodar, con un inevitable y atronador ruido mediático, y la justicia acabó dándole la razón tras someterse a unas pruebas de ADN que certificaban al 99,9% que eran padre e hijo.
Aunque el icono de los 60 ha reconocido públicamente en alguna ocasión que es uno de sus ocho vástagos, el trato entre ambos es inexistente pese a los intentos por reunirse del marido de Virginia Troconis. Una situación que está a punto de dar un vuelco después de que Benítez, sorprendentemente, haya dado un primer paso al acercamiento. “Estamos ahí. Todo llegará. Yo le he dado mi teléfono y que me llame él cuando quiera”, explicaba el exdiestro a los reporteros. “Empezaremos a tener conversaciones poquito a poco, tampoco tenemos nada. Poco a poco ir viéndonos y ya veremos”, ve factible el entendimiento.
Un cambio de postura que ha ilusionado a Díaz, que hace un tiempo tiraba por completo la toalla. “Él me ha tenido un guante y yo lo he recogido, se están afianzando las cosas bien”, comentaba visiblemente sonriente, afirmando que suceda lo que suceda lo hará público: “Cuando pase algo, como he contado toda mi vida y lo sabéis todo, pues lo contaremos igual, con toda la natural del mundo”.
Díaz desea que en un futuro sus retoños -Alba, Manuel y Triana- puedan conocer a su abuelo. Por el momento, y consciente de que todo lleva su tiempo, cuenta los días que quedan para dar el abrazo que tantos años lleva esperando. “Pronto voy a cumplir mi sueño. Estar delante de la persona que más admiro, que más quiero y que ha significado todo para mí. Esa persona es mi padre, al que tengo que agradecer todo lo que soy y ese sueño se va a cumplir. […] Todo llegará”, no quiere apresurarse el torero.