Ha sido un mes con muchos altibajos para María Pombo. A los días de anunciar su embarazo, la influencer nos hacía partícipes del diagnóstico definitivo de esclerosis múltiple, la enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y la médula espinal contra la que lleva luchando su madre más de veinte años. Desde el primer momento en el que compartió sus sospechas de que esta podría ser la causante de sus hormigueos, dolores de cabeza y cansancio, su actitud siempre fue positiva. Algo que ha vuelto a demostrar tras iniciar su tratamiento, para el que seguirá unas pautas específicas hasta que se convierta en madre de su primer hijo con Pablo Castellano.
"Estoy muy contenta. Creía que me iba a doler muchísimo, iba atacada. Encima, el aparato con el que me tengo que poner la medicación es gigante, pero luego la aguja es muy finita, no es nada, así que ni me he enterado", ha explicado en sus stories con tono de tranquilidad. "Yo soy bastante exagerada con los dolores, así que estoy feliz. Me lo tengo que poner cada quince días. Esta vez me lo he puesto en la pierna, que es donde me lo han recomendado por el embarazo, pero también puedo ponérmela en el brazo en la tripa", ha contado.
Aunque en un primer momento tuvo sus dudas, María ha decidido que nos irá haciendo partícipes de este proceso tan nuevo para ella. "Me da la sensación de que hay mucho desconocimiento y que genera mucho respeto esta enfermedad. Escuchamos casos muy graves, lo raro es encontrar a esa gente de la que estamos rodeados que conviven perfectamente con ella y que decide no contarlo", ha relatado, refiriéndose a casos como el suyo, en el que afortunadamente la esclerosis múltiple se ha detectado con rapidez.
Su intención es visibilizar la enfermedad, quitar miedos y mostrar el lado positivo de la esclerosis múltiple, dejando ver que su vida seguirá siendo la misma con la salvedad de la medicación. "Lo que se ha estudiado al respecto durante los últimos años es brutal", ha recordado. Ahora que la influencer siente que se ha "quitado un peso de encima", pretende acostumbrarse a esta nueva realidad, hacer que forme parte de su vida "sin ser un estorbo y sin pensar pobrecita yo".
En cuanto a los efectos secundarios, María ha aclarado que lo único que puede pasar es que le aparezca una reacción alérgica, "una manchita roja con puntitos", que le duraría quince días en el muslo. Otra consecuencia que podría notar sería una fiebre a los dos días de medicarse que se bajaría con Paracetamol, lo recomendado en mujeres embarazadas.