Puyol medio desnudo delante de la Reina, Capdevilla con un cubo en la cabeza y haciendo 'la cobra' a toda una Miss Argentina, el tímido Iniesta arrepintiéndose de haber marcado por tener que hablar en público delante de Zapatero, Nadal fuera de sí bufanda en ristre, las infantitas prendadas de la Copa (y de Casillas)… Un año después de aquel despiporre nacional, repasamos, desde la calma que da la resaca, los momentos más divertidos de la celebración de la Copa del Mundo.
Uno de los rasgos definitorios del carácter español es el sentido del humor, al menos eso afirman los extranjeros del norte, la enciclopedia Espasa de chistes y la lista de anécdotas que trajo consigo el Mundial de fútbol de Sudáfrica, hito épico comparado por ciertos medios con el viaje del primer ser humano a la Luna, y cargado ya de nostalgia fiestera. Recordamos algunos de los instantes que arrancaron una sonrisa, al menos una, a todo el país.
El paso a la final contra Holanda vino rubricado por un cabezazo incontestable del Tarzán Pujol. La euforia se desató desde Tarifa a Santander y una Reina Sofía más espontánea de lo habitual se dejó contagiar al otro lado del mundo bajando a saludar a los jugadores al vestuario. Reina, el portero, filmaba el momento: Sofía fue dando la mano uno por uno a los artífices del sueño. Ramos, Torres, Villa, Casillas… hasta que se dio cuenta de que faltaba el protagonista de la jornada. Puyol apareció a su espalda con el pecho al descubierto, la melena suelta y una toalla blanca en la cintura.
Poco sabíamos entonces de lo importante que el Waka-waka sería para la línea defensiva del equipo, pero sí se intuía ya lo altamente pegadizo del ritmo tribal que las caderas de Shakira extendieron por medio mundo, incluida Cataluña. La Infanta Elena, sin ir más lejos, fue una de las miles de personas que se lanzaron a las calles de Madrid a darlo todo con la coreografía de moda. Mano, mano, cadera, cadera, adelante, atrás… Facebook tenía en apenas dos horas su club de fans.
¿Quién no ha visto el beso de Íker y Sara? ¿Quién no ha soñado con ser el exultante protagonista de uno parecido? Romina Belluscio, miss Argentina 1999, lo intentó en directo con Capdevila y el de Tarrasa, rápido regateador, le salió por la tangente. "No eres mi tipo", afirmó ante el aplauso general y el suspiro aliviado de su mujer y madre de su hijo. "¡Pues tú tampoco eres mi tipo, tío!", acertó a responder ella. Desde aquí le mandamos ánimos. La calabaza nunca fue fácil de digerir.
Varios grupos de Facebook, ese termómetro de la espontaneidad, lo atestiguan: Capdevila es un cachondo. Con cubo en la cabeza y cerveza ("¡sin alcohol, eh!") en mano, el jugador salió a saludar a Sara Carbonero, dedicar la Copa a su gente y confesar que él lo que quería de verdad era "¡una foto con Shakira!"
Moncloa, jornada de celebración, Zapatero da la enhorabuena a los veintitrés y se detiene en elogios para el de Fuentealbilla (a unos 25 segundos del final del vídeo): "No hay mejor referente para nuestra juventud… calidad personal… talento… gracias por acordarte de Dani…etc, etc". El aludido, aún más blanco de lo habitual por tener que hablar en público, soltó una frase que se multiplicaría exponencialmente en todos los informativos del día: "Si lo sé no marco el gol".
Nadal va a ver a la Selección, Casillas al tenista en el Máster Series de Madrid, Gasol está en las gradas de uno y otro… El deporte español se retroalimenta en su mejor momento y Rafa hizo hueco en su agenda para estar en Sudáfrica el día adecuado. Sobrino de otro Nadal que ya intentó, aunque sin éxito, llevarse la copa a casa, el manacorí saltó, cantó y sonrió como el que más. Hasta el punto de aparecer, bufanda en ristre, al borde del infarto delante de los medios españoles.
Uno de los deseos pedidos entonces que aún no ha sido concedido es el de Reina, Piqué, Puyol y Cesc (aunque este último con la boca pequeña, por si acaso). Reina, micrófono en mano, presentaba a sus 22 compañeros en el escenario construido contrarreloj en Madrid para recibirlos. Cuando llegó el turno del jugador catalán del Arsenal, el portero le sujetó del cuello mientras Piqué y Puyol le ponían una camiseta azulgrana. Todo el mundo reía menos su representante, que contenía la respiración para que el gesto no sentase mal en Inglaterra y pusiesen aún más trabas para la vuelta a casa del hijo pródigo. Quizás este año, sin haber dado el pase de gol a Iniesta, le dejen volar libre.
Dentro de la jornada de celebración, la selección al completo viajó a Zarzuela. Con copa y capitán incluidos. Las Infantitas posaron vestidas de recogepelotas después de que el abuelo hablase y Casillas les dejó acariciar el trofeo, para envidia de millones de forofos.
Después del Mundial, Vicente del Bosque sufrió (verbo preciso aquí) una lluvia de premios, reconocimientos, conmemoraciones, homenajes y cenas en su honor. El más raro, sin duda ha sido el de la localidad asturiana de La Foz de Morcín, que lo nombró nada más y nada menos que cofrade de honor de la Hermandad de Amigos de los Nabos. El seleccionador tuvo que jurar "defender, alabar y promover el cultivo, la elaboración artesana y el consumo del maravilloso alimento que es el nabo". Víctor Manuel es otro de sus cofrades.