Hace apenas unos días el líder del Partido Popular, Pablo Casado, tenía a bien marcarse un 'mansplaining' de manual explicando a las mujeres cómo funciona su propio cuerpo. Defendía su postura frente al aborto cuando espetó: "Soy padre de un cincomesino y tuvimos una amenaza de parto en un tramo en el que se podía abortar libremente. Creo que es bueno que las mujeres embarazadas sepan lo que llevan dentro: una vida autónoma". La reacción de mujeres cabreadas no se hizo esperar y tanto desde Twitter, como desde columnas como la de Ana Requena Aguilar en 'ElDiario.es', se reprochaba, no solo la osadía, sino que también se desmontaba la información de su discurso: "Más allá de la mentira, las palabras de Casado destilan una idea perversa. Que las mujeres somos seres caprichosos, inconscientes incluso, que abortamos sin saber lo que hacemos", escribía Aguilar.
"Lucho para que la mujer sea igual que el hombre, no por el feminismo (...) No me gustan las polaridades", soltó el cantante en una entrevista en 'El Comercio'. Querido Melendi, si eso que dices es verdad, entonces sentimos decirte que luchas por el feminismo, un movimiento que defiende que mujeres y hombres sean iguales. Lo de "las polaridades" y seguir confundiendo que feminismo es lo opuesto que machismo es una conversación que suponíamos ya había quedado clara con Paula Echevarría o con Bustamante, que hace unos días suscribía las palabras de su ex para resumir sin atino alguno que "No, no, no. Ni soy feminista ni soy machista. Soy persona". Sí, David, como el resto de la humanidad.
Desde el último lanzamiento conjunto con Dellafuente, París, publicado además por el Día de San Valentín: "Vente conmigo a París/ Mira que tiendas/Gucci, Prada pa’ que me entiendas/Tú eres la jefa en mi hacienda", perpetuando esa idea de que el hombre te lleva y que el amor es bien y romántico si te agasajan a regalos. A 'Bien Duro', donde tirar un jarrón con flores a la cabeza de tu chica (Berta Vázquez en el vídeo), es dulcificado y también romantizado. Con el debate sin conclusión de qué hacer con los productos culturales que exponen o que son machistas cuesta ponerse de acuero, pero ¿en serio no tienes nada más interesante que contar, Pucho?
Al Dj francés no se le ocurrió otra pregunta que hacerle a la primera ganadora del Balón de Oro femenino, la futbolista Ada Hegerberg, el pasado mes de diciembre. ¿Le preguntó lo mismo a Luka Modric cuando recogió su premio? Por supuesto que no. El gesto, a la altura de la escuela Pablo Motos, cabreó a la futbolista, que respondió que "no" enfadada y se giró.
Ya quedó claro durante el Mundial de fútbol, el deporte rey se lleva la palma respecto a los niveles de machismo y ambiente testosterónico. Desde las continuas faltas de respeto de la hinchada a las reporteras que hacían su trabajo al reciente y fulminante comentario machista de Enrique Cerezo ("yo no hablo de dinero y menos con una mujer"), pasando por el despropósito del gesto de Simeone tras marcar el Atleti frente al Juventus hace un par de semanas. El entrenador se daba la vuelta al público para celebrarlo agarrándose sus genitales en un espectáculo bochornoso, fuera de lugar, y que no hace más que subrayar un problema de masculinidad tóxica: la virilidad y la agresividad como barómetros del éxito. "Tenemos muchos huevos", tuvo a bien aclarar al terminar el partido y ahora se enfrenta a un expediente disciplinario abierto por la UEFA al Atleti.
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