· Silencio
'Por qué deberíamos atrevernos a hablar de nuestro aborto'. La periodista y escritora Luna Miguel ya abordaba la cuestión desde El Diario hace algunos meses. "¿Qué hace falta para atreverse a contar lo incontable? ¿Cómo narrar aquello que tantas veces nos han invitado a esconder? Quizá, lo más importante sea crear nuestro espacio común", escribía. Nadie cuenta esas historias: "No sabía que a un porcentaje elevadísimo de mujeres les ha sucedido lo mismo que a mí por lo menos una vez en la vida, ni que muchas otras han tenido que pasar por cinco abortos antes de parir a su hijo debido al protocolo médico, tampoco sabía lo común que es tener que parir un feto muerto de seis meses de gestación (no puedo llegar a imaginar lo doloroso de la situación y las consecuencias desgarradoras que la experiencia supone)", explica Bonet en su carta.
Mariah Carey también contaba su experiencia y la dificultad para compartirlo: "Cuando me pasó me sentí en 'shock', me llevó (y también a mi pareja) a un lugar muy oscuro y difícil, no me sentía capaz de contárselo a nadie". Y como explica la psicóloga Oliveros, "buscar apoyo es un aspecto fundamental para superarlo".
· Culpa
El desconocimiento es peligroso. Puede llevar a la mujer a un terreno muy complicado: sentir vergüenza o culpa por lo que ha ocurrido. "A lo largo del último año he oído demasiadas veces que seguramente lo debí perder porque soy un culo inquieto, porque no paro, porque en un mes había estado en Sevilla, Madrid, Londres y Barcelona inhalando aguarrás, saliendo a cenar y caminando demasiado. Seguro que había comido algo que no debía, que no había descansado lo suficiente. Aquello me debió pasar por egoísta, por no pensar en mi hija", cuenta Paula Bonet. "Tendemos a pensar que lo malo que le pasa a los demás es porque no hacen bien las cosas, no tienen cuidado… Conocer las experiencias de otros nos ayuda a entender que no es así. Si lo hiciéramos, como consecuencia perderíamos ese sentimiento de culpabilidad", explica Oliveros. Betheny Frankel, que sufrió un aborto tras ocho semanas de embarazo, contaba en una publicación que "hasta que no lo atraviesas realmente no entiendes lo que significa. En tu cabeza es una persona que ya no estará y te culpas como mujer por ello".
· Miedo
"Cuando supe que estaba embarazada de nuevo lo anulé todo. Me volví loca con la alimentación, con la limpieza del frigorífico y de la cocina, con las horas de sueño, con los posibles esfuerzos que no debía hacer", dice Paula Bonet. "Velé. Y tanto que velé (...) Pero al ratón se le paró el corazón y se quedó allí dentro quieto, mudo".
Oliveros explica que una reacción común entre las mujeres que han sufrido un aborto y tienen un nuevo embarazo es la ansiedad porque no vuelva a suceder: "Cuando trabajo con mujeres que pasan por esta situación nos centramos, incluso más que en el duelo, en ayudarles a perder el miedo a que vuelva a ocurrir, a que no puedan tener hijos nunca o a sentirse incomprendidas por el entorno o la pareja". Para Celine Dion, que sufrió varios abortos, esa angustia del "Estoy embarazada. No estoy embarazada" resultó la parte más compleja, "es física y emocionalmente agotador".
· Recuerdo
Luna Miguel tiene la ecografía de "Manchita Blanca" en una librería. Beyoncé escribió una canción, 'Heartbeat'. "Era mi primera vez embarazada y escuché su latido, la música más bonita que jamás había escuchado. Pensé en nombres, me imaginé cómo sería… Llegué a la revisión y ya no había latido. Me fui a mi estudio y escribí la canción más triste de mi vida. Fue la mejor forma de terapia para mí porque ha sido lo más duro por lo que he pasado", contaba la cantante.
Oliveros explica que, "igual que cuando fallece un ser querido, no le dejamos de recordar nunca" e incide en la importancia de pasar el duelo rodeados de gente que te quiere y también de profesionales.
Recordarles y contar que estuvieron es muy necesario.