El perro que protege al pequeño McConaughey de los fantasmas
Estos dos pequeños (el de aquí arriba y de un poco más abajo) son estrellas en potencia, los dos son hijos de grandes mitos. Tanto uno como el otro viven bajo los oropeles de la fama de sus padres y disfrutan de sus lujos. De momento no son tan rubios pero todo se andará, ya que sus progenitores son adictos a la mecha rubia. Uno es hijo de David Beckham y el otro es el hijo de Matthew McConaughey (puede que el apellido esté escrito mal, suele pasar). Son dos de los niños más ricos del mundo y, desde hoy, entran por la puerta grande en pet-celebrities por pasear con este garbo a las mascotas de sus padres.
Matthew ha sido elegido recientemente el segundo hombre más sexy del planeta, según Men's Health, y ha proyectado en el peque -Levi McConaughey- su forma de vestir desaliñada. A lo mejor es que no le da tiempo a vestirse porque en su casa hay fantasmas. El actor ha presenciado cosas extrañas. El primer día que durmió en su casa de Los Ángeles, según ha contado, su perro comenzó a ladrar y cuando se asomó a la cocina para ver qué ocurría se encontró a una anciana allí sentada. El actor asegura que el espíritu no es negativo y no le importa convivir con él. No sabemos qué pensará el perro. Al niño se le ve fuerte y seguro de sí mismo. "Nada mejor que el perro para sentirse seguro", me dice Coco, valiente y arriesgada como pocas. Hoy mismo se ha puesto a ladrarle a un Mastín de los Pirinieos que se la podía haber comido de dos bocaos.
- "Si me necesita el tal Matthew que me llame que ayudo a su peque con los fantasmas", suelta Coco. No se puede ser más atrevida...
Cruz Beckham, hijo de David y Victoria, es uno de los pequeños con la cuenta corriente más abultada del mundo. Una lista en la que están los retoños de los famosos más fotografiados del mundo. Ahí va, atención: Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes, por ejemplo, gasta 1.600 dólares a la semana en estrafalarios tratamientos para niños como masajistas, nanas, juguetitos y ropas (Giorgio Armani, Versace o Roberto Cavalli han adaptado los vestidos de la madre a la niña Cruise). Al año: miles y millones de dólares en gastos que tienen con la boca abierta a los tenderos de la zona. De hecho, sus padres se gastaron en su último cumple la friolera de 100 mil dólares.
Los hijos de Britney Spears y Kevin Federline, Sean Preston y Jayden James, forman parte de esta pequeña monarquía infantil porque facturan millones en juguetes, carritos, coches, tratamientos médicos, y peluquería. Otra que tal baila es la peque de Angelina y Brad Pitt, Shiloh. En este caso sus primeras fotografías se vendieron en más de cinco millones de euros y, aplauso, ese dinero fue destinado para los niños en situación de abandono de Namibia, África.
Otros bebés millonarios son Max Liron Bratman, hijo de Christina Aguilera; Harlow Winter Kate, hija de Nicole Riccie, y los gemelos de Jennifer López y Marc Anthony, Max y Emme.