¿Por qué todas somos Bimba?
Han muerto muchas otras mujeres famosas por culpa del cáncer. Famosas con las que me identificaba más que con Bimba. El cáncer se ha llevado a muchas antes, pero sólo he llorado por ella. Y tengo la impresión de que no soy la única a quien la muerte de Bimba Bosé se le ha pegado al estómago, con independencia de la simpatía que el personaje despertara (o no) en cada uno. En realidad, tengo la certeza: #DEPBimba fue trending topic durante más de ocho horas de tanatorio. La tristeza que ha desatado su muerte no es postureo, se palpa en el ambiente y es de verdad. Y me pregunto por qué nos ha conmocionado a todos (admiradores o no de la modelo) su muerte. ¿Por qué todas somos Bimba? Quizá la clave esté en que la hemos convertido en símbolo de la fortaleza y la fragilidad de todas. Pero la pregunta es la de siempre: ¿por qué?
Porque reconocemos su alma inmortal
El cáncer machaca el cuerpo, pero algunos espíritus, como el de Bimba, pueden salir indemnes. La vimos crecer con su enfermedad y desde su enfermad. Y en su lucha y en la alegría de su lucha reconocimos su alma inmortal. Ella lo resumía así: "Yo creo que aprendes a amar a tu cáncer de alguna manera". Y así debe ser porque una de cada siete mujeres vamos a tener cáncer, según los últimos estudios. Y seguiremos vivas y seguiremos creciendo con o sin cáncer antes de morir.
Y sí. Creo que su muerte nos ha afectado más a nosotras que a nosotros. Y que su lucha ha hecho visible la de muchas mujeres que tienen o han tenido cáncer. Una pelea sin drama, con trabajo, con hijos, con alegrías, con sexo, con lista de la compra, con ropa para planchar, con cansancio de todo menos de vivir. Una pelea donde la vida sigue con la enfermedad y a pesar de ella. Una lucha lejos de tópicos y dramas que es la realidad de muchísimas mujeres, no de las valientes o las heroínas: la verdad de la mayoría. Cuando conoces de cerca la realidad de una mujer con cáncer entonces cae el velo de tópicos sobre la enfermedad. Bimba ha puesto foco público sobre ese velo de prejuicios y lo ha lanzado al aire. Por eso lleva algo de todas nosotras.
Por comprender la ambigüedad de la salud (y de la enfermedad)
Ella fue maestra de la ambigüedad. Primero, por su conocida androginia que puso en jaque al canon de belleza femenina (y masculina). Después por su contradictoria relación familiar que fue, como en las mejores familias, un cóctel de amor y drama. Y, finalmente, por convertirse en icono de lo más difícil, de cuanta ambigüedad cabe en la enfermedad. Mostró orgullosa cuanto esplendor cabe en un cuerpo enfermo. Solo hay que ver el momento en el que, ya habiendo dicho que sufría metástasis, cantó 'No puedo vivir sin ti' junto a su hija Dora.
Por convertir su belleza física en una lucha contra el tabú y el miedo
Una modelo, una mujer oficial y canónicamente hermosa, es una mujer con legitimidad para cambiar el significado oficial y comercial de la belleza. Todas podemos presumir de aceptarnos como somos, de convivir con nuestros defectos y nuestras heridas. Pero sólo ella pudo convertir su mastectomía en portada de una revista. No se trata aquí de si fue más o menos valiente, sino de lo increíblemente hermosa que estaba. Se trata de que quizás su lucha contra el miedo y el tabú es lo que la hacía tan bella. Se trata de pensar por un momento dónde reside la belleza y cómo se manifiesta. Esa actitud combativa del cuerpo que tanto necesita el cuerpo de las mujeres en este momento y este mundo (con o sin enfermedad).
Por demostrar que el amor SÍ mueve montañas y es fuente de sentido
Sí. El amor que entregamos se queda en los que amamos y sigue creciendo en ellos: en los hijos que amamos, en la familia que amamos, en los amigos que amamos. Sí. Hay amigos que nos acompañarán más allá de la muerte. Y sí. Bimba lo ha demostrado en los últimos días. Lo hemos visto con Delfin sacando fuerzas para ir a despedirse de su mejor amiga al Tanatorio. No es lo mismo apostar por el amor que no hacerlo. No se vive igual y no se muere igual.
Por tener el valor de elegir una buena muerte
La enfermedad no se puede elegir. En ocasiones, la enfermedad no se puede combatir. Pero, incluso en el peor de los casos, a veces (no siempre) tenemos la oportunidad de elegir una buena muerte. Y tener el valor de afrontar esta elección es algo bueno para el enfermo y para todos cuantos le rodean. Dora, su hija, se ha impregnado de ello con su conocida despedida en redes: "Que sepáis que hoy NO es un día de tristeza, porque a mi madre es lo que menos le gustaba". Cuando el enfermo es famoso, cuando los que rodeamos su muerte y su enfermedad somos muchos, entonces su valor y su firmeza es un regalo para todos, entonces todos podemos sentir algo de su buena muerte. Y por eso todos podemos llorarla. #DEPBimba.
PD: Imposible no recomendar el libro 'De repente, mi cuerpo', Eve Ensler, en este post a propósito de la relación entre la vida y el cáncer. Otra valiente.
P:D2: La foto que abre el tema fue hecha por su cuñado, Gorka Postigo y esa misma y no otra eligió para escribirle unas palabras de despedida.