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La Fundación Princesa de Asturias ha decidido reconocer la labor solidaria del chef José Andrés y la organización World Central Kitchen que él mismo fundó en el año 2010 para prestar ayuda humanitaria en Haití. Todos sus proyectos tienen como elemento central la alimentación, y este año hemos podido ver su labor muy de cerca debido a la tragedia que ha provocado la erupción del volcán de La Palma. "Mientras el volcán siga emitiendo lava y cenizas, seguiremos proporcionando comida a los residentes evacuados, a los refugios y a los equipos de emergencias. Hasta el momento hemos servido 27.000 comidas, y seguimos cocinando", anunció un mes después de llegar a la isla.
El próximo viernes 22 de octubre se celebra la entrega de Premios Princesa de Asturias y el chef ha adelantado que donará su parte del premio (duplicada con su patrimonio) a los damnificados por el Cumbre Vieja. En la rueda de prensa que ha ofrecido, José Andrés ha explicado que hay cantidad de personas en situaciones de vulnerabilidad en el mundo por culpa de "el desprecio de la comida que se hace en países ricos".
Este reconocimiento a su labor solidaria se debe a la gran trayectoria que lleva a sus espaldas. Con tan solo cinco años, José Andrés viajó a Barcelona con sus padres y recién cumplidos los 15 entró en la Escuela de Restauración y Hostelería. Tras cumplir con el servicio militar y convertirse en uno de los marinos de la Armada Española viajó a Estados Unidos y siempre ha estado muy ligado a ese país. Trabajó en algunos restaurantes de Nueva York y Washington y finamente inauguró varios propios.
En el año 2010 ya se había convertido en uno de los chef más prestigiosos internacionalmente y la revista Time le incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo.
Su relación comenzó por asuntos profesionales. José Andrés quería montar un nuevo restaurante en el lujoso hotel que el presidente de Estados Unidos tenía alquilado al Gobierno. Iban a ser socios, pero el chef decidió romper el trato tras conocer cómo habla de los inmigrantes. "Él me demanda por nueve millones de dólares por incumplir el contrato, pero yo, más humildemente, le demando de vuelta por ocho millones (por los gastos en el desarrollo del restaurante). Al final, dos años después, nuestros abogados llegaron a un acuerdo por detrás. No sé más", explicó en el programa de 'Planeta Calleja'.