No es DJ chic el que quiere, sino el que puede. En medio de la proliferación de famosos que se agarran a los platos, Alaska pone orden. La diva ochentera ha pinchado en una fiesta madrileña y se ha llevado cuatro cosas, suficientes para mover a toda la sala. Entre ellas, un baúl Vuitton especial para CDs y vinilos, que el sello francés ofrece en su gama de productos exclusivos. Además hemos rescatado un primo-hermano, la ‘caja’ (con perdón) en la que viajó la Copa del Mundo hasta España desde Sudáfrica, rematada en oro de 18 quilates.
Alaska y su ya marido, Mario Vaquerizo, entrañables hasta las Vegas después de su paso por el reality de la MTV que han protagonizado recientemente, se han dado una vuelta por la noche madrileña a ver si todo sigue en su sitio. Armados con un baúl de Louis Vuitton de 70x70 en la que llevaban su carga musical explosiva, la pareja ha declarado la guerra a lo anodino a base de eclecticismo.
Impredecibles, son capaces de mezclar lo más underground con lo más chic/kisch/hortera/disco en un abrir y cerrar de baúl. Concretamente éste (atentos los aprendices de DJ) se encuentra en la gama de pedidos especiales de Vuitton, que lleva por lema ‘Haga su sueño realidad’. Según responsables de la marca, se trata del modelo cofre en Monogram, en el que se pueden elegir entre cuatro estampados versiones que juegan con el logo de la marca en de diferentes modos.
También se puede personalizar, previo pedido, con las iniciales del cliente (en cuero o pintura) y las características líneas de colores en tu tono favorito (amarillo y azul, rojo y granate, etc). En esta misma gama de productos, existen cofres de picnic, baúles que llevan dentro una cama o una ducha, y otros que hacen las veces de tocador. Todo según las necesidades del comprador. ¿El precio? La gran incógnica de la que dicen que no hablan... al menos hasta llegar a casa y ver lo que ha descendido la cuenta.
La FIFA tomó nota de las combinaciones posibles para hacer su particular encargo al taller de la localidad francesa de Asnières, a las afueras de París, como haría cualquier interesado particular (previa consulta en una de las singulares tiendas Vuitton). Necesitaba un cofre para transportar la Copa del Mundial que al final se llevó España, que mide casi 37 centímetros y pesa más de 6 kilos.
El resultado fue un baúl rectangular, con frontal y lado superior completamente desplegables, cubierto con la emblemática lona de la casa, los característicos cierres y esquineras y forro en marrón oscuro. Ah. Y rematado con oro de 18 quilates.
Se trata de uno de los apenas 450 baúles que los artesanos de la Maison de las afueras de París crean al año. El sello fue creado en 1854 por el carpintero francés Louis Vuitton, quien logró convertirse en el maestro 'layetier-emballeur', término utilizado en el siglo XIX para designar a los especialistas empaquetadores de baúles, tan útiles en los largos viajes entre castillos de monarquía y nobleza. Llegó a ser el artesano favorito de la Emperatriz Eugenia. Aquí (vídeo) puedes ver un divertido resumen de las obras más singulares creadas en el último siglo.