Se cuentan por millones los ‘yoguis’ que confiesan estar encantados con el yoga, una disciplina milenaria que surgió en la India hace más de 4.000 mil años y que se ha popularizado de tal forma que hay una versión para cada necesidad. Son muchos los vips que han caído rendidos a sus beneficios. Desde Sara Carbonero, Genoveva Casanova pasando por Patricia Montero, Cristina Pedroche o Raquel del Rosario, que ha confesado que le viene de maravilla para la enfermedad que le detectaron en la adolescencia.
"Cuando tenía 16 años me detectaron una doble escoliosis y como única solución me sugirieron una operación en la que fijar toda la columna con piezas metálicas. Me dieron una fecha de cirugía rápido, ya que el doctor lo consideraba algo urgente", hacía público este duro diagnóstico junto a una fotografía donde aparece realizando una postura de la mencionada disciplina.
Por suerte, la exvocalista de ‘El Sueño de Morfeo’ no tuvo que pasar por el quirófano gracias a sus padres, José Francisco y María Teresa, que decidieron “buscar una segunda opinión" antes de que su hija se sometiese a una operación de tal calibre por la desviación de su columna. "Viajamos a Madrid y allí un grupo de doctores que recuerdo con mucho cariño me dijeron que estaba en el límite y que, de no ir a más las curvaturas, no sería necesaria esa operación", no veían inevitable la intervención.
Este médico, de hecho, quiso tranquilizar a la familia informándoles que Raquel podría tener hijos sin problemas. Un tema que, en ese preciso momento, no tenía importancia para la artista: “Me daba bastante igual y no sabía por qué me lo decía”. Ahora, 23 años después, la canaria entiende este apunte y agradece a sus progenitores que escucharan “su instinto” de buscar otro criterio.
Igual de agradecida está con “aquella persona que me ‘obligó’ a entrar en aquella clase de yoga” hace diez años, “en un momento extraño y de transición en mi vida”, probablemente cuando puso en suspenso su andadura en la música. Era la primera vez que pisaba un estudio y estuvo durante toda la clase esperando “que acabase aquella ‘tortura’ para salir lo antes posible”.
Una vez abandonó el recinto, la sensación física “fue tan increíble” que esa misma semana buscó un centro cerca de casa para inscribirse, efectuando esta disciplina desde entonces, “también durante los embarazos y las recuperaciones posparto”, con temporadas “de menor constancia y otras de práctica diaria como estos últimos años”, explicaba Raquel en un post en el que, como viene siendo habitual, se ha abierto en canal con sus seguidores.