Razones para engancharte a una telenovela (llamada Jane the Virgin) a estas alturas
-Porque por fin se estrena en Divinity. Y dado que es adictiva como toda telenovela que se precie, podrás podrás quedar para verla con amigos en tu salón y compartir en las redes (#divinaJane) el mono de esperar unos días a que lleguen nuevos capítulos.
-Porque es una genialidad posmoderna, radical, con un humor que no nace de complejos y feminista. Oh, yeah.
-Porque presenta un feminismo radical y con tradición. Por tradición me refiero a que conoce perfectamente todos los tópicos que revolotean alrededor de la condición femenina (no entregar la virginidad antes de tiempo, encontrar al príncipe azul, construir una familia, afrontar la maternidad en el mejor momento…) y los bombardea todos, uno a uno de raíz (radicalmente). Se hunde en el tópico hasta la raíz y lo hace volar por los aires. Por ejemplo del tópico de la maternidad ideal nace el argumento. Una virgen se embaraza accidentalmente en una visita a su ginecóloga que la insemina en una negligencia médica con el semen de un desconocido.
-Porque respeta el canon de la telenovela con una sola variación. La delirante trama cambia a golpe del humor y de las dudas de su protagonista, una mujer. Todos los desastres amorosos, desencuentros, desencantos y sustos varios los produce siempre ella misma y a sí misma. Ningún hombre maneja su vida. Al contrario, la vida de varios dependen de sus demenciales cambios de humor. Nuevo. Like.
-Porque ya era hora de que una serie integrara a las lesbianas con absoluta normalidad en la trama. Es decir, aparecen dos mujeres y una le mete la lengua hasta el esternón a la otra sin ninguna trama romántica previa. Antes no ha habido una historia de amor entre ellas (a lo Anatomía de Grey) ni se ha creado un contexto que sostenga semejante morreazo (del tipo Orange is the new black). Simplemente se da mismo el trato al sexo lésbico que al heterosexual. Y hay sexo (no sólo besitos).
-Por ser una telenovela que acontece en Estados Unidos, en spanglish y con una protagonista latinoamericana que tienen una abuela que lleva viviendo el sueño americano sin papeles treinta años.
-Por su forma de integrar las redes sociales y las nuevas formas de comunicación en el relato. Mucho más eficaz que todas las pelis indies que lo han intentado con dudoso éxito. Recuerdo ahora “Hombres, mujeres y niños”, de Jason Reitmar (Juno y Up in the air). ¿Es necesario que las redes sociales o internet sirvan para describir una sociedad impersonal y triste siempre que aparecen en un relato? “Jane de virgin” demuestra que no. Por fin guionistas que tienen los nuevos elementos de comunicación integrados en sus vidas y no en su discurso (cosa bien distinta). Los whatsapp se pinten en la pantalla, el ruidito de los mensajes se cuela en la pantalla (tú sabes cuál), los emoticonos .
-Por la forma posmoderna que tiene de reírse de los lugares comunes donde TODAS hemos caído alguna vez. La expectativa, el deseo de romanticismo como quien tiene ganas de Coca Cola.
-Y por su conocimiento profundo del mito del amor romántico desde “El caballero de la carreta” de Chrètien de Troyes hasta Topacio. Y por su capacidad de convertir en pop la tradición y descojonarse de la risa mientras tanto.
-Por todo ello puedes engancharte sin culpa a esta frivolidad tan exquisita. Y a disfrutar.