Se acerca la Supercopa de España y de nuevo Real Madrid y Barcelona se volverán a enfrentar a cara de perro. Es la primera cita del año y los integrantes de ambas plantillas se encontrarán con restos de arena de playa en los bolsillos, callos chancleteros y seguro que más de uno con síndrome postvacacional. Repasemos lo que han sido sus vacaciones para calcular hasta qué punto la morriña veraniega influirá en su rendimiento.
A un destino "secreto", dijo Mourinho que se iría de vacaciones, si bien la noticia sobre sus días de descanso fue la lucha que tuvo que hacer el Madrid contra la UEFA para que no se las interrumpieran para comparecer por sus quejas por los arbitrajes. Los famosos "¿Porg qué?" en las semifinales contra el Barça. Aunque vino antes, definitivamente consiguió disfrutar de sus dos semanas junto a su familia. Siempre lo han hecho en destinos paradisíacos, como Kenia el año pasado, pero tampoco suelen faltar en la playa de Caneiros, Ferragudo (El Algarve, Portugal), que es donde nació su padre, Felix Mourinho. No obstante, el secretismo ha envuelto las vacaciones del entrenador blanco y no ha quedado más remedio que constatar dónde no estaba. Como en el bautizo del hijo de Cristiano Ronaldo, al que le habían invitado pero no acudió para estar al lado de su familia en el aniversario de la muerte su sobrino José Miguel, que perdió la vida a los 21 años por un cáncer.
Su enemigo y antítesis en juego y discurso, Pep Guardiola, para no perder la costumbre, ha hecho lo contrario. Sus vacaciones han sido públicas, tanto que marchó a Italia invitado por el Ayuntamiento de Siena. Pep presenció una carrera de caballos, 'el Palio por la Madonna di Provenzano', junto a su amigo David Trueba, columnista de El País. Y su paso por Israel no dejó de ser merced a una invitación, la de la cantante Noa, que le devolvió al mister la suya a la final de la Copa de Europa en Wembley. En la capital de Israel, Pep cenó en el restaurante 'Vicky Cristina Tapas & Wine', un local que rinde homenaje a la película de Woody Allen con dos ambientes, uno por cada personaje -el restaurante, más tranquilo, por Rebecca Hall, y el bar, 'freespirit', por Scarlett Johanssen- Luego de copas, la prensa israelí dijo que se le vio departiendo con Bar Refaeli, la ex de Di Caprio.
En cuanto a los jugadores, de blanco y radiante va el novio. Dos madridistas se han casado aprovechando el verano. Con ciertos agobios, Di María, pues ha tenido que cuadrar la Copa América con las vacaciones, la boda y la pretemporada. A su enlace acudió su amigo y compañero Higuaín, que andaba descansado en Buenos Aires sorteando los rumores que le emparejan con cierta periodista. En el banquete se lo tuvieron que pasar bien, porque entre los invitados estaban Mascherano, actual medio del Barça, y Messi. Por otro lado, a la boda de Albiol con Alicia Roig en la catedral de Valencia acudieron sus compañeros nacionales como Arbeloa y Xabi Alonso, que también pisó Nueva York y el País Vasco con su mujer, Nagore Aramburu.
Volviendo al Cono Sur, el chileno Alexis, lo que no quería eran vacaciones: alternó una escapada a su Tocopilla natal para ver a sus familiares para entrenar con el fin de llegar lo mejor en forma posible a Barcelona, obsesionado con no defraudar en su debut.
Al norte, en Miami, coincidieron Kaká y Piqué. El brasileño tuvo unas vacaciones en familia, como no podría ser de otra forma dadas sus profundas convicciones cristianas. Desde allí se escaparon al Disneylworld de Orlando, también en Florida, un regalo de cumpleaños para su hijo mayor, Luca, que hizo tres años. También anduvo por Miami el alemán de origen turco Mesut Özil, aunque donde dejó verdadero rastro fue en Ibiza, pues fue fotografiado echándose un piti, algo que por lo visto no está bien visto fuera del campo entre los aficionados a este deporte. Laporta, en esas instantáneas a lo Toni Soprano que han conmocionado a la opinión pública este verano, sí que se procuró compañía femenina en proporción de tres a uno.
Más Miami tuvo Piqué, que con su novia Shakira presentó una escuela para niños desamparados, pero antes habían recorrido un periplo por Israel, París, Mikonos -la Ibiza Griega- y el Caribe. Una encuesta de EFE en España concluyó que a los españoles ya les estaban "empalagando" ¿no será más bien envidia por sus viajes? Segundos 'empalagadores' en esa encuesta iban Iker Casillas y Sara Carbonero. También tuvieron unas vacaciones intercontinentales que serían la envidia del mismísimo Papa: Sudáfrica, Brasil, Chile, México, Nueva York y China con escala en Navaluenga (Ávila) para cargar las pilas de esencias patrias.
Como Cristiano Ronaldo, que empezó en su Madeira natal, para luego irse a Turquía, volver al Algarve y de ahí, a Ibiza, supuestamente, porque de su presunto paso por la isla privada de Tagomago, que cuesta 100.000 euros semanales, nadie ha dado fe con una fotografía ¿Habrá podido marcarse el Kamasutra en condiciones, no acosado por los paparazzi como en las playas portuguesas?
Lo de la Pitiusa fue un auténtico desembarco: Xavi Hernández, que coincidió con Cesc -futurible culé-, Puyol con Malena Costa, que se quemó como un cangrejo, el hispanobrasileño Dani Alves, con su mujer Dinara e hijos y luego en un yate con Messi y su querida Antonella Roccuzzo, Villa con toda la familia y Benzemá, que tuvo que rendir cuentas por una serie de pirulas con el cochazo. Algo parecido a lo que le pasó con el Porsche a Sergio Ramos en Marbella, donde por el día, en la playa, apareció bien rodeado de mujeres.
En las otras islas, las Afortunadas, Valdés, que repitió en Formentera, en las playas de Jandía, y el delantero Pedro, que como natural de Tenerife no podría dejar de volver cada año, y menos éste en el que conoció a Pedrito, un león marino que lleva su nombre y se lo comió a besos. Sólo se alejó del mundanal ruido, pero sin salir del Mediterráneo, Andrés Iniesta, que se fue con Anna Ortiz a Cerdeña.
Un auténtico centrifugado de jugadores por los destinos turísticos más atractivos del globo, que por fuerza afectará a la Supercopa: los jugadores de los dos equipos estarán igualmente desperezándose largos minutos, con la espalda pelada y regusto a caipirinha.