Hace no mucho, mi generación (la millennial) se puso de moda. Mucho. Tanto, que los medios, las marcas y las empresas querían conquistarnos y atraernos hacia ellos "con la fuerza de los mares y el ímpetu del viento". Éramos lo más y nos definían como una generación digital, hiperconectada, con altos valores sociales y éticos, preparados y emprendedores, exigentes con el compromiso y la transparencia. Y un poco narcisistas también.
La verdad es que no estuvo mal que nos “quisieran” un poquito, y más después de la rachita dura que nos habíamos comido: los recortes + una incorporación al mercado laboral en plena crisis económica que hizo muchos tuvieran que emigrar en busca de curro, o que otros lo intentaramos aquí con la esperanza de conseguir un trabajo precario que nos permitiese soñar con llegar a fin de mes o con independizarnos (tirando por lo alto). Éramos la generación “más preparada de la historia” y resulta que íbamos a vivir peor que nuestros padres... Pero bueno, como os decía, llegó un punto en el que todo el mundo hablaba de nosotros y también nos hablaban a nosotros, y para ello buscaban nuevos lenguajes con los que llegar: las listas de GQ, los test de Buzzfeed, los vídeos de Playground… el fast content y los nuevos formatos vs. lo de siempre. ¡Qué época! Se hicieron cosas guays, la verdad. Hasta que, de repente un nuevo batacazo nos silenció, y no hablo de la precariedad (que de eso no nos llegamos a librar nunca): hablo del momento no muy lejano en el que muchos de los medios que se dirigían a nosotros, a lectores “jóvenes”, se enfrentaron a cierres y despidos. Eslang (de Vocento) y Buzzfeed España dijeron adiós a principios de 2019 y Playground sufrió un ERE que dejó a 67 personas en la calle. Tentaciones hace mil que no publica... Es como si los millennials estuviésemos malditos ahora y con solo nombrarnos trajéramos mal fario. ¡Con lo que hemos sido!
Pues oigan no, aquí seguimos: la resistencia millennial. Y de hecho, aprovecho este primer post para hacer una lista de ‘treintennials’ (palabra que me he inventado para definir a aquellos millennials que ahora estamos en la treintena) que merece la pena seguir:
Mi diva favorita, 'the voice'. A la persona a la que me quiero parecer todo el rato (de hecho me empecé a teñir de pelirroja por ella). Me encantan las personas con personalidad y ella la tiene y lo tiene todo: pelazo, canta como los ángeles, humanidad, viste siempre tipo ‘boho chic’ (ese estilo que creo que solo le queda bien a ella y a 3 personas más del Coachella)... Además, en sus conciertos anima a la gente a abrazarse entre sí, a darlo todo bailando y a guardar los móviles y, aunque la llaman intensa (y ella lo sabe), le da todo igual porque yo creo que no vive en este planeta, vive en otro. No creo en nada, pero si fundase una religión me daba de alta y pagaba matrícula y todo.
Ana Belén me encanta también. Es ilustradora y hace tiras cómicas. Su sentido del humor es glorioso y eso se refleja en sus dibujos. Ha publicado tres libros ‘Mens Sana in Corpore… ¡ni tan mal!’, ‘Somos pobres en euros, pero ricos en pelos de Coño’ y ‘Señora’. Este último de lectura obligada para todos los lectores de este blog (especialmente las lectoras) ya que enseña a aceptar y a abrazar fuerte a “la señora” que todas llevamos dentro. Muy necesario, treintennials.
Lleva haciendo canciones desde los 12 años y algunos ya empezamos a cantar sus temas desde mediados de los 2.000. Ha llovido un poco, pero Zahara sigue conservando la misma personalidad arrolladora: esa que hace que te enganches a su música y a sus redes porque es a partes iguales divertida y cañera. Además habla fenomenal y de lo que la eches y si te tiene que hablar de lo duro que es la maternidad, te lo dice. Y si le han ido bien unas compresas sostenibles, pues también te lo dice. Además, hace temazos como ‘Hoy la bestia cena en casa’ que sirve a la vez para bailar y reírte de los políticos cínicos en su cara. Ah bueno, y también canta fenomenal, pero supongo que eso ya lo sabíais.
Por cierto, aquí puedes leer la entrevista que le hicimos en Divinity por el lanzamiento de su último disco 'Astronauta'.
Me enganché a sus ‘Reviews fuertecitas’ (os recomiendo verlas si no lo habéis hecho) hace unos años y la sigo desde entonces. Isabel sabe muchísimo de cine y de feminismo y junto a Lucía Lijtmaer, montó ‘Deforme semanal’: uno de los primeros shows feministas que emergieron para azotar al heteropatriacado en general y a los machirulos en particular. Isabel me parece lo más porque además de ser tremendamente divertida no tiene miedo al ridículo. Un poco como yo, que por cierto, hace no mucho la vi en una presentación de un libro y después de que me subiese un poco la cerveza la fui a saludar para decirla que era fan total.
Pablo Díaz-Reixa Díaz, más conocido como El Guincho. A muchos les suena ahora porque ha producido y compuesto ‘El mal querer’ junto a Rosalía y porque está de tournée con ella. Lo que igual muchos no saben es que este canario, ya lo petaba antes. Llegó a trabajar con Björk (BJÖRKKKK, SÍ) y además, en 2010 sacó un disco exquisito llamado ‘Pop negro’ (muy aclamado por la crítica y por mí) que mezclaba samplers, con música tropical y ritmos africanos. Never forget ‘Pop negro’.
La empecé a seguir en redes por vete tú a saber qué y resulta que me lo paso pipa con ella. Es periodista freelance y no la conozco pero tiene una gracia que no veas. Ahora Carmen se la ido a los Estados Unidos de América (USA) a estudiar y es una maravilla verla las stories porque te meas de la risa con su arte para contar las americanadas. Seguidla.
La cultura pop es él. Es el rey de los memes y de los hilos en Twitter. Seguramente a los que sois de las redes no os descubro nada nuevo, pero igual a alguien le doy una sorpresa y le descubro su maravilloso universo. ¡Y qué universo oigan!
Periodista y escritor. Acaba de publicar una novela corta que yo ya me he comprado pero que todavía no me he leído que se llama ‘Vivan los hombres cabales’. Pero da igual, os recomiendo a Guillermo porque escribe genial y porque da gloria leer las historias que cuenta. A mi me encanta leer a gente que escribe como él y pensar: “jod*er yo también quiero escribir así”.
Una al frente de ‘Futurelife 21’ y otro detrás de ‘Mi dieta cojea’. Están en este listado (el contrapunto a tanto artisteo) porque han conseguido que me guste el agua con gas, que la coliflor me sepa bien, que haya aprendido por fin a leer las etiquetas, a elegir productos de calidad, a evitar los procesados y a no obsesionarme con el peso, algo que yo creía imposible 20 años atrás. No me olvido de Carlos Ríos y su real fooding, pero es que todavía no ha cumplido 30 que yo sepa. ¡Joven!
No sé si fue en 2015 o en 2016 cuando descubrí a Bomba Estéreo por casualidad. El caso es que hubo un verano que me lo pasé enterito con el disco de ‘Amanecer’ en bucle. Me lo ponía para todo: limpiar la casa, arreglarme, montarme mis historias paralelas en el metro, como musiquita ambiente para mis citas... Después le seguí la pista a Li Saumet, la cantante, y volví a tener otro ‘crush’ con ella: qué mujer, qué ‘lookazos’ y qué orgullosa está de llevar sus raíces colombianas por todo el mundo. Es maravillosa y encima se define como “la reina de la fiesta”. ¿Puede haber una definición mejor? No, yo tampoco lo creo.
Tengo que confesar que no sé la edad de Julia ni la he encontrado por ningún lado. Tampoco me parecía bien escribirla por redes sociales en plan loca para hacerle una pregunta tan demodé como es “perdona, ¿me podrías decir cuántos años tienes para meterte en un ranking que me voy a inventar? Gracias”. Para mí, junto con Eric de Los Planetas, Julia es la mejor batería de este país, así os lo digo. Y Víctor es uno de los cantantes, guitarra y teclados más brutales del panorama ¿indie? patrio. Ambos son parte de Rufus T. Firefly, uno de mis grupos favoritos desde hace un par de años (un poquito después de haber descubierto a Bomba Estéreo).
Al igual que Ana Belén Rivero, también es otra teórica fabulosa sobre la palabra “señora” y lo que significa hoy en día para nosotras. Carmen escribe genial y cuenta un montón de cosas interesante en sus redes sociales (leedle el Instagram, "por favore") y en ‘Ola’, la newsletter semanal que manda cada verano “llena de cosas bonitas”: una imagen bonita por allí, una canción por allá, la recomendación de un libro, una peli, una bebida, una reflexión o un chascarrillo.
Periodista también (la cabra tira al monte) y enamorado del cine de los años 90. Juan hace unas crónicas de la "España cañí" que te mueres de los bestias que son. Es esa figura del analista de televisión y de "sociedad", tan necesario, que te lleva de vuelta a las folclóricas de los 90 y a los 80 y que te hace unas crónicas de las galas los realities de TV que te meas también. Googlea algo suyo y léelo, ya verás.
Me dejo fuera por los pelos, por "jóvenes" (porque aún no han cumplido 30), a Betina Serrano y Rubén Serrano, periodistas, a la guionista y tuitera Paula Cantó, a la ilustradora Rocío Quillahuaman, a Alejandra O Cosio, Rosalía, a las youtubers Ter o ‘La Pelo’, a Paloma Alma (CEO de I love Cyclo, menstruación sostenible), a Penny Jay (cómica y organizadora de la Riot Comedy), los chicos de 'Carolina Durante', a Olaya de 'Axolotes Mexicanos' y a Rocío Saiz de 'Las Chillers' y 'Monterosa'. Y a Diana Aller y a Lucía Lijtmaer porque los sobrepasan por arriba (también por los pelos), pero bueno: todos ellos son también parte del talento patrio millennial y parte de lo que os vais a encontrar también en la ‘treintennial’.
¿Que los millennials estamos acabamos? Madre mía, te digo yo a ti que no. Por cierto, "si me queréis, seguirrrrme (con r, de Rocío) a partir de ahora”. R.