Rossy de Palma ha volado a Ruanda para vivir una aventura única con el equipo de Planeta Calleja. De la mano de Jesús Calleja y acompañada por sus dos hijos, Gabriel y Luna, nacidos con apenas un año de diferencia, en 1998 y 1999, ha recorrido parte de África Oriental. Durante este inolvidable viaje, la actriz ha abierto su corazón como nunca lo había hecho frente a una cámara de televisión, recordando uno de los episodios más espinosos y duros de su vida, el maltrato que sufrió por parte del padre de sus hijos.

En medio de su expedición al Parque Nacional de Volcanes de Musanze, la actriz repasó su currículum amoroso y subrayó que su “primer gran amor fue un asturiano”, con el que finalmente acabó rompiendo por la distancia. Tras un tiempo disfrutando de la soltería, inició la relación más tóxica de su vida con el padre de sus dos niños, al que conoció cuando trabajaba en nuestro país vecino, Francia.

“No fue el amor romántico: fue como un reconocimiento. Quise mucho a ese hombre. Desde nuestro primer encuentro ya hablamos de hijos. Nosotros nos quisimos mucho y mis hijos están hechos con amor”, tiene un buen recuerdo de los inicios de esta historia. No obstante, según el testimonio de Rossy, fue “en el embarazo” cuando “las cosas empezaron a ir mal”. El susodicho empezó a ser “más posesivo y quería tener el don de mando”, llegando incluso a bloquear su instinto maternal.

“Me sentía angustiada. Era de esas personas que petan y te montan un pollo por cualquier chorrada en cualquier lugar, en cualquier momento, en cualquier situación, arbitrariamente. Entonces yo me preguntaba: '¿Le va a dar el telele ahora o le va a dar después?”, lamentaba la musa de Jean Paul Gaultier, que no califica esta etapa como la más infeliz de su vida porque “cuando estás en la supervivencia no estás para pensar si eres feliz o no eres feliz”. Además, sus hijos le “daban mucha fuerza” por aquel entonces y “quería estar bien para ellos”.

Finalmente, esta “turbulenta” relación llegaba a su fin tras “un suceso violento” por el que acabó en un centro médico. “Tuve miedo porque me vi a mí misma desde arriba y tuve que ir al hospital de París donde está el médico forense. Y recogimos toda la casa, porque una señora que había ayudado a muchas mujeres maltratadas me dijo: ‘Lo que tiene que hacer es cambiar a la cerradura de su casa, coger a sus hijos e irse a Madrid”,

A raíz de esta conversación, la protagonista de la aclamada ‘Kika’ descubría que parte de la letra de ‘Preso (Cap. 6: Clausura)’, canción de Rosalía, es un audio suyo al que la artista puso música: “Bajé al infierno por amor, pero como volví con dos ángeles no me arrepiento”. Estos dos tesoros son Luna y Gabriel, sus vástagos, que se han criado con la ausencia de su padre.

“Tenemos figuras paternales en tíos y en padrinos. Mi madre ha hecho un trabajo excepcional: nosotros le hacíamos los regalos el día del padre a ella”, se sinceraba la joven con Calleja, que era muy clara cuando era preguntada acerca de los sentimientos que guarda hacia él.

“Yo no le quiero. La primera vez que le vi como una persona adulta fue antes de la pandemia. Mi abuela me dijo: ‘Qué educada estás siendo con él, qué bien te estás llevando con él’. Y le dije: ‘En realidad, me he dado cuenta que no me importa porque no le conozco. El que se ha perdido conocerme ha sido él a mí’. Yo tengo en mi vida a gente que me quiere y no me han podido criar mejor”, reflexionaba Luna, que recibió un consejo de su madre sobre este asunto: “No le odies porque el odio lo único que te está haciendo es daño a ti”.