No se habla de otra cosa en redes sociales, en los medios o en los grupos de amigas (bendito boca a boca): el succionador de clítoris es el nuevo 'must have', el juguete erótico de moda que todas las mujeres deberían tener, y a poder ser bien a mano. Todo apunta a que este 2019 será recordado, entre otras cosas, como el año de su descubrimiento y, por eso en Divinity queremos hacerte una guía práctica con todo lo que hay que saber sobre sobre él.
El succionador de clítoris llegó a mi vida hace un año como regalazo por mis 30 otoños ('best' regalo para ‘treintennials’, por cierto). Antes de tenerlo, un par de amigas me habían hablado de él varias veces en tono confidente para recomendármelo y la verdad es que razón no les faltaba: después de la copa menstrual, me parece sin duda uno de los mejores inventos para nosotras. ¿Que por qué? Pues porque gracias a él se puede experimentar orgasmos intensos y en solo 3 minutos y además, es fácil, sencillo y para todas las mujeres.
Después de usarlo a lo largo de este año, y después del 'boom' que está viviendo últimamente, he decidido hacer este artículo práctico con todo lo que hay que saber sobre el succionador por si estáis pensando comprar uno o por si queréis regalárselo a alguna mujer a la que queréis muchísimo:
Se llama succionador pero no, no succiona
La innovación de este juguete erótico está en su forma de estimular el clítoris, el único órgano de nuestro cuerpo cuya función es el placer y que cuenta con más de 8.000 terminaciones nerviosas. ¿Cómo hace su magia entonces? Pues a través de las ondas de vibraciones y pulsaciones que emite, y que se propagan por todo el cuerpo interior del clítoris haciendo que los orgasmos sean más intensos y que se llegue antes al clímax.
¿Vale para todas las mujeres?
Sí, aunque aquí hay que hacer una pequeña advertencia: puede que al principio cueste un poco cogerle el punto (al igual que ocurre cuando te inicias con la copa menstrual) pero cuando colocas bien la boquilla de silicona alrededor del clítoris, y aprendes a jugar con las diferentes velocidades, es una maravilla. De hecho, solo hay que leer los datos que ofrece Platanomelón, tienda erótica que ha contribuido bastante a su divulgación: "el 83% de las mujeres y personas con vagina que lo han probado han llegado al orgasmo en menos de 2 minutos y además, descubren que son multiorgásmicas".
Modelos
Como con casi todo en esta vida, en el mundo de los succionadores también hay diferentes clases aunque casi todos comparten 3 características comunes: son recargables mediante USB (adiós pilas), son sumergibles (dicen que su efecto es más intenso bajo el agua, yo todavía no lo he probado así), fáciles de limpiar y tienen diferentes velocidades.
Entre todos ellos, el 'Satisfyer Pro 2' es "el rey" (también cuenta con versión de viaje), cuenta con 11 velocidades y, ahora mismo, se puede encuentrar en diferentes webs por 40 euros (su precio oficial es 60). Otro que también destaca es el 'Sona', de la marca sueca LELO, que es uno de los más avanzados del mercado ya que cuenta con ondas sónicas que estimulan el clítoris un 75% más que el resto de succionadores a través de sus 8 programas provocando un orgasmo progresivo.
También hay otras modelos de otras marcas, aunque desde aquí te recomendamos que compres en tiendas oficiales para que después no te lleves un chasco porque como dice el dicho: "el dinero del pobre va dos veces a la compra". Es como quien invierte en un piso en Madrid o en Barcelona, pero aquí es invertir en una misma (un 'win-win' en toda regla, vaya).
Por cierto, para todas aquellas que os estáis pensando si gastar o no el parné, Satisfyer ha sacado una versión low cost de "usar y tirar" por 9,95 euros. Este succionador cuenta con 4 programas de ondas de presión, tiene una duración única de unos 35 minutos y es perfecto para iniciarse en esta experiencia.
Niveles
Los succionadores suelen contar con diferentes velocidades. Normalmente suelen comenzar con ondas más suaves y, según se va aumentando el nivel, se van incrementando la rapidez de la vibración y la intensidad. En este sentido, la ecuación es sencilla: a mayor velocidad, mayor es la rapidez para alcanzar el orgasmo y por eso el clímax tarda tan poco en llegar.
Otras bondades: no irrita tanto y mejora la circulación
Por si todo lo demás fuera poco, en la web de Platanomelón explican cómo este juguete no irrita tanto como otros ya que no hace contacto directo con el clítoris sino que "lo estimula mediante el movimiento del aire a su alrededor a alta velocidad y el clítoris no se irrita tanto. Esto permite que podamos seguir teniendo orgasmos uno detrás de otro (multiorgasmos), ya que no deja la zona con esa sensación de molestia". Además, también matizan que este invento mejora la circulación de la sangre haciendo que esta fluya con más facilidad por el clítoris, ideal para "personas con poca sensibilidad o anorgasmia, ya que incrementa la sensibilidad de la zona y facilita alcanzar los orgasmos".
Más allá del placer: otros “logros” del succionador para las mujeres
Además de destacar su facilidad de uso, y que gracias a él se consiguen orgasmos más intensos, el succionador ha conseguido otros logros más allá del placer. El primero, romper con la idea antigua de que solo se puede alcanzar el orgasmo mediante la penetración y poner el foco en el clítoris, órgano bastante denostado hasta hace bien poco (el tamaño del clítoris no se descubrió hasta 1998).
El otro ha sido romper con el tabú de la masturbación femenina y ponerla en las conversaciones con naturalidad.
El único "pero"
Aunque podemos destacar con orgullo el haber reclamado el placer sexual y ser conscientes de que el autoconocimiento solo puede traernos cosas buenas, también hay gente que considera que es un "logro feminista trampa", como explica este artículo de El País, fruto del capitalismo y de esta sociedad líquida que nos anima al consumo rápido de las parejas, de los trabajos, de los bienes materiales y sí, también de los orgasmos.
Veredicto final
¿Lo recomiendo? Madre mía, ¡te digo yo a ti que sí! Ojalá un succionador para todas las mujeres en cada mesilla de noche.