“Tamara ha tenido que ser intervenida quirúrgicamente”. Estas fueron las palabras con las que Ezequiel Garay explicaba la ausencia de su mujer en redes sociales y hacía saltar todas las alarmas. Días después de la operación, ella misma grababa un vídeo para eliminar toda preocupación y contar a su familia virtual que había tenido que pasar por quirófano para “extraer un quiste” que tenía que ser analizado.

Han sido días de nervios para ella pero, tras su última cita médica, Tamara Gorro ha compartido el resultado de sus pruebas. Se acabó la incertidumbre y la preocupación. “Felicidades, todo está bien, es un tumor benigno”, han sido las palabras de su doctor, las que recordará toda su vida. “Reconozco que estos días he pasado por una montaña de sentimientos. La posibilidad abarcaba gran parte, pero entre ellos, inevitablemente, aparecía la inquietud y la duda”, ha explicado la influencer tras saber que todo está bien.

Ahora respira “con tranquilidad” y deja atrás unos días de incertidumbre y preocupación, que no miedo, que han marcado una etapa de su vida. “Lo sentí cuando me comunicaban que entraba a quirófano de un día para otro por un quiste, sin saber qué íbamos a encontrar”, recuerda. “Son varias las veces que me he sometido a intervenciones quirúrgicas en esta zona, pero esta sin duda me marcó”, reconoce la empresaria.

Tamara admite ser una persona que “valora cada segundo de la vida” y se compromete a mirar siempre la parte bonita. “Por lo tanto, capítulo no olvidado, pero sí cerrado”, ha escrito en sus redes sociales. “Y ahora, ¡a comerse el mundo!”.

Todo comenzó hace un mes, cuando comenzó a sentir unos fortísimos dolores en el abdomen que le obligaron a acudir a urgencias. "El doctor vio que había una pelotita que no debería estar ahí, pero que podría irse con la menstruación. Pero esa menstruación nunca llegó”, explicó Tamara. Poco después de su primera visita, tras volver a tener los mismos síntomas, la influencer tuvo que volver al hospital el mismo día del cumpleaños de su hija Shaila. “Vieron que la pelotita había crecido y el ovario estaba secuestrado. Tuvieron que limpiar muchas adherencias y colocar el ovario. Me dejaron muy limpita y han extraído un quiste que tiene que ser analizarlo”, detallaba en sus redes sociales.

Tamara estaba entonces llena de posibilidad y, aunque tenía claro que los resultados iban a “estar perfectos”, no ha podido evitar tener dudas e incertidumbre. Pero todo eso queda atrás. Ahora, pasado el susto, la madre de Shaila y Antonio tendrá que recuperarse plenamente de la intervención.