El Instagram de Tania Llasera es un lugar, como bien dice su bio, en el que ser "real". Lejos de los artificios de la tele, sus redes son ese pequeño gran nicho en el que "visibilizar lo que hay" a pesar de la factura que esto le ha pasado por el famoso qué dirán. Y ella continúa compartiendo su día a día a pesar de las críticas. Prueba de ello, su post por el 8M que dedicó "a la mujer nacida mujer o no", posicionándose así en contra del discurso de las terfs, el colectivo que rechaza que las mujeres trans puedan participar en un día como el 8 de marzo.
Sin embargo, si bajamos un poco más en su tablón, nos topamos con otra interesante reflexión con la que (una vez más) ha abierto un debate entre sus más de 700 mil seguidores. Esta vez, la presentadora ha hecho balance sobre envejecer y ver cómo pasa el tiempo por una. Siguiendo esa estela de amor propio que siempre ha reivindicado, para Tania la edad es una advertencia de que esta vida está para aprovecharla al máximo.
"Creo que con la edad se me está poniendo más triste la cara. Me estoy volviendo más antipática. Creo que tiene que ver con que ya no tengo tiempo que perder, ya que cada minuto que pasa es uno menos de vida. A menos tiempo, más caro se vuelve. Ya no regalo mi tiempo", ha defendido en esta publicación a la que han dado like más de seis mil personas, entre ellas su amiga Adriana Torrebejano, que ha reaccionado a sus palabras con unos brazos en alto.
En esta misma línea de reflexión también encontramos su último post. En él trata de representar esa "brecha real" que existe "entre tu reflejo y tú misma en carne y hueso". Una teoría nipona que divide al ser humano en tres caras: "la que mostramos a los demás, la que guardamos para nuestro círculo íntimo y la que somos a solas". Tania Llasera, en un nuevo acto de honestidad con sus fans, ha confesado que siempre intenta que su "cara a solas" sea lo más parecida posible a las otras dos.
Un alegato que ha acompañado con hashtags tan suyos como #valgoloquesoy (y no #valgoloqueaparento) con los que ha tratado de inculcar a su comunidad que busquen que su "reflejo solo se mida por su esencia", no "por centímetros, tallas ni etiquetas, y esa valía solamente yo tengo permiso para regalármela".