Richardson, estadounidense de 52 años, alcanzó el éxito en los 90 al despuntar por su estética cruda y provocadora con una mirada hacia la sexualidad explícita (en muchas de sus imágenes, él mismo aparece practicando actos sexuales con las modelos). En los 2000 era uno de los fotógrafos más cotizados en la industria y ha trabajado con estrellas como Beyoncé, Madonna, Lady Gaga o Miley Cyrus, para quien dirigió el controvertido videoclip de Wrecking Ball.
*Imagen: la modelo Enriko Mihalik, con Richardson / Calendario Pirelli (2010)
El mail de Condenast que ha levantado la polémica establece que cualquier producción de fotos que hubiera planeada con él, o incluso cualquier fotografía suya sin publicar debían ser “canceladas o sustituidas por otro material”. Esta reacción llega en respuesta a un polémico artículo de The Sunday Times que se preguntaba por qué Terry Richardson, acusado y nunca juzgado, sigue trabajando en el top de la fotografía de moda.
En 2014, seis modelos le acusaron de abusos y comportamiento depredador en las sesiones de fotos bajo el hagstag #NoMoreTerry. Una campaña cuyo fin era boicotear a cualquier marca, persona o publicación que colaborara con él. ¿La respuesta de Richardson? A modo de carta en el Huffington Post: "Colaboré con mujeres adultas que conocían perfectamente la naturaleza del trabajo", afirmaba el fotógrafo. "Nunca usé una oferta de trabajo o amenazas para obligar a alguien a hacer algo que no quería. Siempre respeto a quienes trabajan conmigo, reconociendo su libertad de elección y aceptando sus decisiones ", sentenciaba Richardson.
Ahora, tres años después de estas denuncias, vuelve a sobrevolar la duda sobre el prestigioso fotógrafo también por el ruido de modelos activistas como Cameron Russell, que desde que se destapó el caso Weinstein se han propuesto arrojar luz sobre el alcance del acoso sexual en el sector de la moda. Russell lidera una campaña en Instagram que está siendo todo un éxito y al que se han sumado tops como Doutzen Kroes, Rosie Huntington-Whitely, Sara Sampaio, Lily Aldridge o Christy Turlington, entre muchas otras. Esta última, por cierto, ya alertaba en el WWD (Women's Wear Daily) de que "el acoso y el maltrato siempre han sido ampliamente conocidos y tolerados”.
En su libro 'Terryworld', publicado en 2004, Richardson sentenciaba que “todos hacen ante su cámara lo que no harían para otro”. Una afirmación fuerte que gana actualidad ahora que está en tela de juicio. Para todos los que habla de él hoy, él deja un claro mensaje en su última publicación en Instagram: