No por predecible es fácil de explicar la salida voluntaria de Pep Guardiola del FC Barcelona. El romance con la afición, la prensa y sus propios jugadores era absoluto ¿Por qué no prolongarlo? Prueba de ello son las muestras de cariño que ha recibido. Messi, por ejemplo, no ha estado presente en la rueda de prensa para no emocionarse. Según ha comentado, se mantuvo "lejos de la prensa" porque "buscarán los rostros de pena de los jugadores".
También Iniesta estaba triste: "Hoy nos ha dado la noticia el mister y sólo darle las gracias a él y a su equipo por estos años y sin olvidar que aún nos queda temporada por delante". Y de Cesc mejor ni hablemos: "Aunque hemos compartido sólo un año, siento como si hubiera sido mucho más. Pep, mi ídolo desde pequeño... y mi inspiración como entrenador. Gracias por el tiempo compartido, lo valoraré siempre".
Hace tan sólo unos días Divinity se rendía ante la voracidad lectora de Pep Guardiola. Martí i Pol es su poeta favorito. Pero esa no era más que una gota de agua en el océano que es la personalidad de Pep. El ya ex entrenador blaugrana no sólo ha agraciado a los aficionados al balompié con un equipo que ha pasado a la historia y que muchos califican como lo mejor del mundo ever.
Lo que más nos ha flipado de Pep ha sido su valor. No sólo para atacar con todo el equipo en su fútbol ofensivo legendario, también coraje para convertirse en el maniquí de las últimas tendencias de moda masculina. Un embajador fashion en el sudoroso y a menudo casposo mundo del balompié.
Siempre ha ido impecable. Y en uno de los Clásicos nos llegamos a preguntar si no se había pasado de frenada con su atrevimiento. Iba con una camisa de manga corta -generalmente vituperadas por los entendidos- blanca con corbata, lo que generó un encendido debate sobre si iba de Indie o de camarero.
Con el tiempo hemos sabido que a Guardiola le vestía su señora, Cristina. Se conocieron en una tienda de ropa multimarca, Serra Claret, que los padres de ella tenían en Manresa. Han pasado 20 años de todo aquello, dos décadas juntos, lo que ha servido para esculpir el estilo de Pep con gusto de maestro. Si bien es cierto que el entrenador ya mostró interés por la moda desde niño cuando compraba camisetas y pantalones con estampados, su pareja le introdujo en ese mundo hasta el fondo. Y no sólo en eso, también le ha transmitido el gusto por viajar, por el cine y por la aludida lectura.
Unos encantos que no han pasado desapercibidos, ni mucho menos, a nuestros usuarios, que en 2010 le eligieron el entrenador más guapo de la liga española por delante de Michel, Mourinho y Quique Flores. Además, también nos ha gustado que siempre ha mostrado su cara solidaria en cuanto ha tenido ocasión. Queda poco más por añadir. Educado, contenido y elegante, ¡nos han robado al yerno ideal!