"Quentin vino a mi camerino y no quería escuchar. Estaba furioso porque estaba costándole mucho tiempo, pero yo estaba asustada. Me dijo: 'Te prometo que el coche está bien. Es una carretera recta. Tienes que alcanzar los 65 kilómetros por hora, porque si no tu pelo no ondeará como debe y te haré repetirlo...". Pero lo que Uma no sabía es que detrás de estas palabras se escondía una "trampa mortal". Ni el asiento estaba sujeto como debería, ni la carretera era recta, ni el terreno era el apropiado.
"El volante me presionaba la barriga y mis piernas estaban atascadas debajo de mi. Sentí un dolor abrasador y pensé ´no voy a volver a caminar´. Cuando salí del hospital con un collarín, mis rodillas dañadas y una contusión quise ver el coche, estaba muy enfadada. Tuve una tremenda pelea con Quentin y le acusé de haber intentado matarme. Se enfadó mucho porque, supongo que comprensiblemente, él no sentía que hubiese intentado algo así". Sin embargo, con su reputación en duda, Tarantino ha decidido dar la cara y pronunciarse al respecto para definir su decisión como "un terrible error”.
"Le dije que estaría bien, que la carretera era recta. Le dije que sería seguro. Y no lo era. Estaba equivocado. No la obligué a subirse al coche. Se montó porque confió en mí. Y me creyó. Es uno de los mayores remordimientos de mi vida", ha manifestado a través de un comunicado.
Tarantino no ha sido el peor parado del testimonio de Thurman. Cuando se levantó la alfombra del acoso sexual en Hollywood, Uma calló al mundo con una sola mirada con la que, visiblemente nerviosa, pidió tiempo para frenar su enfado. Y vaya si tenía motivos para estarlo.
Actriz y productor ya habían creado una relación profesional tras varios proyectos juntos. Pero un día, tal y como relata Uma a The New York Times, ambos terminaron en la sauna de un hotel de París. "Esto es ridículo, ¿qué haces?", le espetó al primer movimiento. Lo que no sabía es que aún no había llegado lo peor.
"Me empujó. Intentó ponerse sobre mí… Hizo todo tipo de cosas desagradables. Pero en realidad, no logró colocarse sobre mí y forzarme. Te vuelves como un animal escabulléndote, como una lagartija", ha retado al ilustrar un episodio posterior, en un hotel de Londres. Esta situación tan traumática, lejos de avergonzar a Weinstein, le dio fuerza para, a la mañana siguiente, mandar un ramo de flores a la actriz con este mensaje: "Tienes grandes instintos".