La semana va de plagio. O mejor, inspiración. Dos iconos de la segunda década del siglo XXI, Bella Swan de ‘Crepúsculo’ y Pippa de los Middleton, han visto esta semana cómo sus vestidos más blancos y famosos se ponen a la venta para el gran público. El de Bella fue diseñado por Carolina Herrera; el de la dama de honor de Catalina, por Alexander McQueen. Los precios ya es otro coser.
Los chicos de la saga de ‘Crepúsculo’ han crecido y, como marcan algunos cánones, Kristen Stewart (Bella) ha tenido que casarse de blanco con Robert Pattinson (Edward Cullen) antes de pasar juntos unas esperadísimas horas de adultos en ‘Amanecer’. No lo decimos nosotros, lo dice la peli, récord de taquilla el pasado fin de semana en España y también en Estados Unidos: “Anoche fue la mejor noche de toda mi existencia”, asegura él, con el desayuno. Antes, tuvo que desabrochar los 100 botones en la espalda con los que Carolina Herrera tuvo a bien proteger a Bella de posibles tentaciones.
Para alegría de sus millones de fans, la réplica oficial del vestido con el que dio el 'sí' quiero al vampiro y no al hombrelobo, se ofrece en las tiendas de la cadena estadounidense Alfred Angelo a partir de esta semana, pero ninguna fuente ha querido aventurarse a adelantar un precio.
Lo que sí explicó su diseñadora CH, precisamente en el estreno en Los Ángeles del filme, fue que la inspiración surgió de esa inocencia del primer amor: “La descripción en el libro de la boda es muy mágica, pero sobre todo me inspiré en la personalidad de Bella: es una niña muy inocente y cree en su primer y verdadero amor, así que hay romance, fantasía y misterio", dijo la madre de la otra Carolina Herrera.
El asunto de Pippa se veía venir desde antes del 'sí quiero' de su hermana Catalina, ya que el revuelo que provocó su vestido de dama de honor rebajó varios enteros la atención dedicada al de la novia. La juventud inglesa ha visto en esta cuñada plebeya una especie de oráculo del buen gusto moderno, que lo mismo se pasa por Zara que se planta un McQueen como una modelo.
Otras marcas ya lo vieron claro y pusieron su nombre a un bolso, pero ahora la empresa online Net-a-Porter ha dado una vuelta de tuerca al evento del año en Gran Bretaña y ha sacado varias copias exactas del vestido de seda de color marfil que Sarah Burton diseñó para la firma Alexander McQueen. Lo único que cambiarán será justo los botones de la parte trasera, que serán relevados por una cremallera (no relacionar sentidos con los 100 botones de Bella).
Costará unas 2.000 libras, es decir, unos 2.300 euros. Un cero más alejado de la versión ‘choni’ de la prenda, firmada por los almacenes británicos Debenhams, que vieron como su vestido-réplica de 170 libras (unos 200 euros) se agotaba a los pocos días.