A estas alturas ya todo el mundo lo conoce. Yael Peña Suárez ha llegado a las casas españolas a través del anuncio de Cola Cao. Este tinerfeño de 11 años es el responsable de que mucha gente recite el lema "que sea pequeño no significa que no pueda hacer grandes cosas" como si del Padre Nuestro se tratase. De carrerilla. Y tal es la fama de Yael que la gente lo reconoce en la calle. Hasta ha llegado a compartir plató en El Hormiguero con los actores Amaia Salamanca y Yon González.
"Me llaman el niño de Cola Cao", nos cuenta tímidamente por teléfono. Yael alucina con el fenómeno que se ha originado en sólo 45 segundos (tiempo que dura el spot) y que ha llevado a la gente a quererse hacer fotos con él. Se lo toma con humor porque su vida (salvo por ese detalle y porque sale día sí y día también en la tele) tampoco es que haya cambiado demasiado. En el cole todo sigue igual. Cuenta que sus compañeros no le dicen nada sobre su repentina fama y en cuestión de chicas liga "igual que antes".
La publicidad tampoco es que sea un mundo nuevo para Yael. Antes de ser "el niño de Cola Cao", rodó otros anuncios. "De pequeño hice uno para Alemania y otro para Canadá. Eran de ropa y supermercados, pero no me acuerdo", explica.
Que debutase en este mundo con campañas en otro idioma se debe, según nos cuenta su padre Juan Domingo, a que "muchas empresas extranjeras eligen Tenerife para rodar por el buen tiempo". Su color de pelo y su tono de ojos le dieron el empujón final para que entrase en el mundo publicario por la puerta internacional.
El rubio extremo de Yael es natural. Aunque pueda parecer lo contrario, sus orígenes son 100% canarios. Sus padres (Ivana y Juan Domingo) son de las islas. "Es así rubio de siempre y a poco que le dé el Sol el pelo se clarea más aún", nos explica Juan Domingo.
A Yael le gusta el mundo de la publi pero lo que realmente le apasiona es el surf. Se metió en el agua por primera vez cuando tenía tres años y desde entonces no ha salido: "Empecé a surfear con seis años, aunque desde más pequeño estaba siempre en el mar ya que a mis padres tambiém les gusta el surf". La tabla es su pasión y sus deportes favoritos son "el surf y el skate".
Cuando sale del cole, donde Yael es un niño de sobresaliente (cuentan sus padres) y un apasionado del inglés, coge "el patín para ir a la pista de un skatepark" que hay enfrente de su casa. Al contrario que la mayoría de los niños de su edad pasa del fútbol ("más o menos") y del baloncesto.
Yael conoce media Europa gracias a las competiciones de surf en categoría sub 14 en las que ha participado. Aún así, su pasión surfera es todavía una afición: "Por ahora no tengo un entrenamiento especifico ya que hago surf para divertirme y pasarmelo bien". Su sueño es convertirse en profesional "para poder viajar por el mundo surfeando" y tambien le gustaría "estudiar diseño grafico". Sus ídolos son Kelly Slater y Andy Irons, explicaba en una entrevista con la web thesurfpress.com.
El culpable de que este niño haya adquirido esta fama es Rayco Cano, un fotógrafo íntimo amigo de la familia: “Un compañero y amigo del trabajo, Marc, me dijo que buscaban a un niño con las características de Yael para un spot de Cola Cao (joven, surfero…)". Marc y Rayco pensaron en Yael como "el niño ideal para el spot” y se pusieron manos a la obra. "Pedían una foto de cuerpo entero, otra de la cara, una vídeo diciendo 'ser pequeño no significa que no pueda hacer grandes cosas' y algunas imágenes de él patinando", explica Rayco.
Rayco hizo llegar a la agencia publicitaria DDB de Barcelona, responsable de este anuncio y de aquellos de la ONCE que sonaban hace varios años parodiando la canción del verano, “una especie de profile de Yael” acompañado de imágenes extras de él "surfeando y algunas que grabé en el skate parka para ponterciar su imagen". La estrategia salió redonda y Yael gustó tanto que lo que iba a ser un anuncio coral se convirtió en un anuncio de protagonista único. Luego ya vino la segunda parte con la aparición estelar de su hermana pequeña Thais, de seis años.
El primer rodaje se hizo en septiembre de 2010 en la calle de la Punta, en la playa del Arenisco de La Laguna (Tenerife), y en La Tejita, en Granadilla de Abona. "La grabación fue muy divertida, me lo pasé genial por que estaba haciendo lo que me gustaba que era surfear", explica el protagonista. Dice que no tuvo mucha vergüenza porque "el equipo de rodaje era muy divertido". Además los niños que salen de extras en el son amigos suyos.
"En el segundo anuncio (en el que rodó con su hermana en Barcelona) también nos reímos mucho", explica el pequeño que asegura que entre los dos se llevan muy bien, aunque a veces guerrean, matiza el padre.