Las famosas que más influyen en el estilo de las españolas

divinity.es 18/10/2010 21:30

Inspirada por una lista con las celebrities que más influyen en el vestir de los británicos, he pensado elaborar una propia con los famosos patrios que más nos influyen a los españoles medios. No hace falta elaborar una compleja encuesta con Demoscopia entre distintas franjas de población sino darte un paseo por el metro en hora punta. Y, salvo excepciones, las influencias quedan bastante claras -obviando, claro, la estética que verdaderamente domina el cotarro, que es la de 'Mujeres y hombres y viceversa-.

Las jóvenes, entre el emo y el indie

Las adolescentes españolas tienen muy claros sus modelos a imitar y saben dónde encontrarlos. Las más jovencitas, deseosas de encontrar su propia personalidad y de ser diferentes a todo el mundo, especialmente a sus madres, lo que quieren es ser emos. Eso sí, pero tampoco quieren llamar tanto la atención así que se decantan por un estilo siniestro descafeinado caracterizado por algún piercing furtivo en la ceja, el labio o la nariz, algún tatuaje fácilmente disimulable y el pelo teñido de negro-ala de cuervo. Uñas oscuras, maquillaje de piel tirando a claro y labios rojos, por supuesto. Y para la ropa, unos pitillos negros lo suficientemente ajustados como para resultar punk y sexy a partes y iguales, camisetas de grupos, zapatos de plataformón, alguna pulsera de pinchos y detalles en negro para que se vea su siniestrismo. Si hay una famosa que representa a esta adolescente, esa es la cantante-actriz Angy Fernández, sin duda.

En contraposición a estas emos de palo surgen las neopijas que quieren huir de esa imagen tan anacrónica con perlas en las orejas, mechas rubias y mocasines. Ahora, las niñas bien se fijan en Sara Carbonero para vestir, y se acercan a un estilo indieposh caracterizado por la ropa tipo vintage mezclada con prendas de última tendencia, los colores pastel, el cabello y maquillaje natural y ese aire indolente de ‘yo siempre he vestido así’. Sus modelos a imitar podrían ser la omnipresente Carbonero para las más finas, y Úrsula Corberó para las más de barrio.

Treintañeras que no quieren crecer

Los treinta son los nuevos veinte, así que las mujeres españolas en esta franja de edad hacen gala de ello con su forma de vestir siempre un poco naïve. De hecho, ¿acaso todas las que compran en Bershka tienen 15 años? También se ve a más de una que les dobla la edad.

Si hay que encontrar un referente estilístico para estas niñas grandes ése es, sin duda, Patricia Conde. La presentadora ha conseguido hacerse con una legión de fans que circulan por la calle emulando sus minifaldas, sus vestidos cortísimos, su melena ondulada, su maquillaje con los ojos hípermarcados y sus taconazos de vértigo. Si no encuentras suficientes prendas à la Conde en Zara, puedes directamente comprarte piezas de su primera línea de ropa, bastante poco asequible pero 100% Patricia y con fines solidarios.

De los 40 a los 50, entre Letizia Ortiz y Ana Obregón

La Princesa de Asturias aún no ha entrado en los 40, pero su cargo le obliga a vestir con un decoro que es el preferido de las cuarentonas, así como de mujeres de diversas edades y status. Mucho color pastel, también tonos discretos como de oficinista, faldas por debajo de la rodilla, su gotita de tendencias y, por supuesto, los letizios. Por si no conocías este término, se trata de la forma que de llamar a esos zapatos que Letizia Ortiz suele lucir en el 90% de sus apariciones públicas con un taconazo con plataforma que le hacen subir hasta 14 centímetros. Un calzado que, según se mire, está más próximo a la ortopedia que a la moda.

Pero la española no siempre quiere ser la chica-formalita-nuera-perfecta sino que también disfruta sacando su lado más sexy. Aquí es cuando aparece la figura de Ana Obregón, esa mujer de la cual todo el mundo se burla por su insistencia en ponerse ropa de quinceañera cuando supera los 50, pero que es imitada hasta la saciedad por otras señoras de su edad. Las minis de escándalo, los tops ajustadísimos y con escote, el pelo hiperrubio o los colorines por doquier abundan en las señoras que se niegan a asumir que ya no pueden enseñar un poco de carne por muy entradas que estén en años. Ahí donde la veis, Antoñita la Fantástica tiene 55 primaveras y ha demostrado puede hacer lo que le dé la gana con su ropa; ¿por qué no servir como ejemplo a otras mujeres que se han aburrido ya de ir eternamente ataviadas de oficinistas?

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