El colectivo de famosas embarazadas tiene todos los años un alto número de afiliadas y la forma más fácil de seguir la evolución de su gesta es agrupándolas en categorías. Hemos hecho un repaso de los clanes más llamativos entre los que se encuentran las embarazadas a las que nadie cree hasta que dan a luz (como Beyoncé o Raquel Mosquera) o las que duplican su tamaño:
El clan de las que duplican su tamaño es uno de los más extendidos entre las celebrities. El metabolismo es caprichoso y en algunos casos causa estragos que se convierten en la peor pesadilla para las madres después del parto. Tori Spelling siempre se pone bastante robusta en sus embarazos (aunque ella misma reconoce que se entrega sin remordimientos a los antojos en forma de hidratos de carbono) aunque luego más o menos recupera su figura. Pink y Jennifer Garner también ralentizan el metabolismo en sus embarazos y ganan peso por doquier. Suerte que luego tienen tiempo y dinero para devolver sus cuerpos al estado natural.
No todas las famosas se ponen como vacas durante sus embarazos, existe un grupo de privilegiadas a las que solo les crece la barriga y el resto del cuerpo lo mantienen igual. Jacqui Ainsley, la nueva novia del ex de Madonna, Guy Ritchie, es una de ellas (la muchacha es modelo). Carla Bruni tampoco ganó peso en ninguna parte de su cuerpo que no fuera el útero y la zona abdominal. Claro, luego dan a luz y vuelven a ser delgadas y esbeltas en cuestión de semanas gracias a leves sesiones de ejercicio abdominal. Esta raza de embarazadas suelen ser las más envidiadas, normal. Bastante esfuerzo es el embarazo en sí como para luego tener que dejarse la piel en el gimnasio y las ganas de comer en estrictas dietas.
Un embarazo casi siempre es una buena noticia y no hay nada que guste más a cierto sector de las famosas que presumir de su buena dicha. Es el caso del clan de las embarazadas presumidas. Son esas famosas que desde el día en el que se hacen la prueba de embarazo corren entusiasmadas a compartir su felicidad con el resto del mundo (bajo suculentas exclusivas en algunos caso). Esta modalidad de embarazada despierta dos tipos de sentimiento entre el gran público: admiración o pereza. Admiración porque a todos nos gusta ver que la gente sea feliz y pereza porque a veces se ponen muy pesadas y no hacen nada más que posar en photocalls marcándose la barriguita con las manos, incluso cuando es una barriga tan pequeña que podría ser superada por el hinchazón de una indigestión.
El Star System a veces genera dudas entre el gran público. El embarazo de Beyoncé ha sido uno de los más polémicos este año. Que si llevaba un cojín, que si la barriga crecía y decrecía según el evento en el que la fotografiaban... Pasó algo parecido con el embarazo de Raquel Mosquera en 2005. Nadie se creía que estuviera embarazada de Tony Anipke y muchos sectores de la prensa apuntaron al montaje. En ambos casos se desmontó el bulo con dos pruebas irrefutables. Blue Ivy Carter en el caso de Beyoncé y Raquelita en el caso de la ex de Pedro Carrasco.