Yo confieso. Me he quedado ojiplático al leer en la revista ¡Hola! de esta semana un reportaje en exclusiva de Mónica Hoyos contando que se ha hecho una lipoescultura. No es que siga muy de cerca a la ex-azafata de 'El Precio Justo' pero la impresión que da la muchacha es que es guapita y resultona. La típica chica que podría ocupar un trono en 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Y parece que no, que el vientre que sirvió a Carlos Lozano para generar descendencia no estaba a gusto con su cuerpecito. O eso o que se ha inventado lo de la operación para salir en la revista, que también podría ser.
En la entrevista, además de admitir con naturalidad que se ha operado porque no se sentía bien del todo, afirma que no descarta hacerse algún retoquito en la cara aunque, de momento, le tiene "mucho respeto". La actriz y presentadora, de la que puedes descargar su currículum pinchando aquí, o ver su maravilloso videobook (con imágenes de VHS incluídas), estaba estupenda sin cirugía así que es un claro ejemplo de mujer que se ha gastado un buen dinerito en el quirófano sin necesitarlo.
Mónica no es la única que parece haber echado mano del cirujano sin tener una necesidad real de cambiar. Eugenia Martínez de Irujo es otra muy conocida por sus frecuentes visitas a las clínicas de estética. Tiene micro-liftings, ácido hialurónico, colágeno, implantes en las nalgas... ¡un pack completo!. ¿Para qué? Ella, sin ser Miss Mundo, tenía un encanto muy natural, una cara redondeada con unas facciones muy suaves. Ahora parece Meg Ryan en 2015.
El caso de Lara Dibildos es muy similar. Hace unos años era una chica de belleza normal, muy resultona, con sus imperfecciones naturales (como todo el mundo). Ahora, sólo con ver una fotografía suya te das cuenta de que tiene una pequeña overdose de retoques. Las famosas, cada vez con más naturalidad, admiten haber entrado en camilla por la dictadura de la belleza y quizás esa normalización es lo que lleva a muchas a operarse sin necesidad. Claro que, cada cuál hace lo que le da la gana, hoy no voy a soltar moralina.
Para que se note que no estoy en contra de la cirugía estética tengo que exponer que hay muchos otros casos en los que el resultado es maravilloso. En este momento, en mi cabeza, retumban estas dos palabras : "Elsa" y "Pataky". La eterna aspirante a actriz de Hollywood se hizo un "Easy Miami" (así es como llaman los cirujanos al paquete completo de cara) y quedó, simplemente, perfecta. La belleza de la ex-novia de Adrien Brody rezuma naturalidad y nadie se daría cuenta de que está maqueada si 'Al Salir de Clase' hubiese desaparecido de las hemerotecas.
Y claro, también hay ejemplos de exactamente lo contrario. Presentadoras, actrices y gente de la farándula en general, que estarían divinas si se hicieran cuatro cositas y prefieren envejecer "con dignidad". Ese término siempre me ha hecho mucha gracia, como si envejecer con la cara operada te hiciese indigna. ¿Veis algún rastro de indignidad en la cara de Elsa Pataky?. Yo no.