Desde hace unos cuantos días tenemos a Miley Cyrus hasta en la sopa, pues la protagonista de Hannah Montana ha visitado España para promocionar su nueva imagen, o no tan nueva, de chica fatal y muy alejada del universo Disney que la ha llevado a la fama.
Como colofón nos proporcionó anoche en Rock in Río una buena colección de fotos para dejarnos claro que su imagen ya no es apta para todos los públicos, aunque ella siga siendo una menor.
El Festival que se desarrolló en Madrid está muy lejos de ser un mero encuentro musical, pues parece una especie de gigantesco photocall en el que todos los que actuaron parecían querer vender algo. Pero no sólo ellos. También los que acudieron para dejarse ver en la zona VIP.
Cuesta pensar que un encuentro de esa clase tenga algo que ver, aunque sea remotamente, con el mítico Woodstock, la madre de todos los festivales. Los numerosos famosos que acudieron a Rock in Rio lejos de ir embadurnados en barro, como sucedió en 1969 en la conocida cita musical, se paseaban luciendo cuidados estilismos y ensayados gestos. Sabían que un pequeño ejército de fotógrafos pululaba por el recinto. Si el público actuaba así poca espontaneidad cabía esperar de los que actuaron.
El escenario del Festival parecía una suerte de plató en el momento en el que lo ocupó Miley Cyrus, que parecía concentrada en posar para su audiencia global, a través de las cámaras, en lugar de para los que habían pagado una entrada. La artista adolescente brindó momentos bastante subidos de tono para alimentar los sueños húmedos de sus fans.
¿Un concierto? No, un posado
De entre todas las imágenes que las agencias fotográficas han distribuido nos quedamos con la que encabeza el presente artículo. En ella Miley vuelve a escenificar un momento lésbico, algo que nos es la primera vez que hace.
Incomprensiblemente, hace tres días pidió disculpas en su blog, con cierto tono mojigato, por sugerir un beso con una bailarina en una reciente actuación. Pero parece que la amnesia se ha apoderado de ella. Anoche volvió a repetir la jugada
Como se puede ver en el recorte de una de las fotos que reproducimos sobre estas líneas Miley tiene bastantes tablas posando. La prueba es que justo cuando se lanzó a por el cuello de su víctima aparecía colocada delante de la cámara de vídeo que retransmitía el concierto.
La toma en vez de ilustrar un concierto parece sacada de una sesión fotográfica. Por lo que vemos la escenografía, inspirada en las que realiza Madonna, ha sido estudiada para facilitar el trabajo a los fotógrafos.
Incluso se ha regalado una composición triangular a las cámaras (primera foto del artículo) en la que el rostro de Miley está situado justamente en el centro. También parece planificado que la situación transcurra con una iluminación generosa para que nadie pierda detalle. Tanto es así que el autor de la foto incluso ha podido disparar con la suficiente velocidad como para congelar el movimiento de la melena, lo que nos habla de la potencia de los focos en ese momento.
Por otra parte, al estar realizada la toma con un teleobjetivo desde cierta distancia la profundidad se pierde. Toda esa orgía de brazos que agarran piernas y miradas de éxtasis parece transcurrir en un mismo plano, reforzando así el roce de los cuerpos y aumentando la temperatura ambiental. Algo que ha sido posible porque al fotógrafo se la permitido incluso disparar enfrente justo del escenario, facilitando así que hoy tengamos imágenes de calidad.
Para subir unos cuantos grados la atmósfera los focos proporcionan unos tonos cálidos sobre la bacanal. Nada ha quedado por tanto dejado al azar en esa escena que hoy reproducen medios de todo el mundo.
Con semejante espectáculo Miley logró desplazar a la que en teoría podría haber sido considerada la estrella más caliente de Rock in Rio: Shakira, cuya actuación no fue tan agresiva. Y es que Miley resaltó todo lo que pudo sus encantos con un ajustado body que levantó pasiones. A pesar de la tensión sexual desatada anoche en Madrid nada nuevo hay en esa puesta en escena.
Ayer mismo Scarlett Johansson recibía un morreo de Sandra Bullock en una entrega de premios de la MTV. Una tendencia que inauguró, como no, Madonna al darse el lote en una gala de la misma cadena de televisión con Britney Spears, un icono que hoy vemos repetido hasta la saciedad.