Cristiano Ronaldo y Elsa Pataky protagonizan la última campaña de la marca de relojes Time Force, que acaba de ser presentada a los medios con la presencia del jugador. La foto promocional nos ha sorprendido, sobre todo porque parece un fotograma de una película de dibujos animados. Y es que en semejante borrachera de Photoshop se ha usado más de la cuenta el cortapega y el color se ha aplicado con el mismo criterio que en una película de Disney.
El método para hacerla no difiere demasiado del anuncio televisivo en el que se basa. En él Elsa Pataky aparece volando sobre el futbolista. Una producción delirante que nos venden como la recreación de un sueño erótico. Y la verdad es que algo de sueño tiene, pues los retratados no han coincidido en el plató.
De hecho, es tan evidente que estamos ante una especie de collage chapucero que los que han montado el tinglado no han tenido más remedio que reconocer que la pareja no se ha visto las caras. Menos mal que Pataky ya debe de estar acostumbrada a trabajar así.
La chica ahora mismo anda protagonizando una película catalana sobre Copito de Nieve. Su compañero de reparto es un montón de píxeles, claro, pues la cosa va de hacer un homenaje a la famosa mascota de Barcelona recreándola con ordenador. Vamos, que Elsa es toda una experta en trabajar con gorilas y jugadores fantasma.
Woody Allen aunque no está precisamente en su mejor momento, como vimos en su ridícula ‘Vicky Cristina Barcelona’, podría haberle dado un impulso a la carrera de la actriz, pero finalmente ha pasado tres pueblos de ella en la película en la que aparece Carla Bruni. Imaginamos que esperpentos como los que últimamente protagoniza Pataky han tenido mucho que ver en la decisión del director.
La foto promocional en realidad son tres tomas. En dos de ellas se ha fotografiado a Pataky y a Ronaldo y en la tercera el fondo. Para ahorrase problemas los autores han optado por someter la imagen a un procesado a lo bestia usando una de las técnicas favoritas de algunos fotógrafos aficionados: el denominado HDR.
Las imágenes en las que se usa ese procedimiento tienen, como vemos, unos colores tan falsos como saturados, algo que es de un gusto mucho más que dudoso. Pero no termina ahí la cosa. Las poses de los dos retratados no pueden ser más artificiales. Lo único que parece encajar es que la mirada de cordero degollado de CR9 se ve acompañada de una expresión igualmente extraña por parte de la actriz.
Si a eso le añadimos la decoración de cartón piedra del fondo -que parece sacada de una discoteca de polígono industrial- y el peinado del futbolista -con el que es fácil imaginarle haciendo derrapes en moto por un solar-, el resultado parece digno de colgarse en alguna exposición que recoja en el futuro el testigo de la estupenda ‘Quinquis de los 80’, que podía verse hasta hace poco en Madrid.
La verdad es que con semejante cúmulo de elementos la campaña nos ha terminado pareciendo hasta entrañable, pues una orgía visual como la presente parece ser fruto de cierta inocencia más que de otra cosa. De hecho, al menos la imagen tiene una gran virtud: no se ha buscado que todos esos efectos digitales pasen desapercibidos.