Madonna nunca se va pero sin embargo de vez en cuando vuelve y nos recuerda que sigue ahí. Eso es lo que acaba de hacer la diva por excelencia de la música protagonizando una portada en Interview (es entrevistada en las páginas interiores por Gus Van Sant) y siendo la imagen de marca de una potente campaña de Dolce & Gabanna firmada por el conocido fotógrafo Steven Klein, autor también del videoclip Alejandro de Lady Gaga.
A sus 52 años y con una legión de seguidoras, declaradas o no, que incluye a Lady Gaga, Christina Aguilera, Katy Perry e incluso a Miley Cyrus la artista sigue demostrando que es una seductora nata frente a las cámaras.
En el reportaje fotográfico en Interview nos sorprende que se produzca una especie de reencuentro con los orígenes. La ambición rubia muestra, otra vez, algunas de sus míticas señas de identidad: pelo plateado, cuero, lencería de encaje, crucifijos y un cuerpo que es pura fibra gracias a las intensas sesiones de gimnasio a las que se somete.
Sin embargo observamos que por bien que se conserve la cantante se han utilizado algunos trucos para rejuvenecerla que chocan con el estilo supuestamente desgarrador de las fotos (hechas con un blanco y negro de alto contraste que da cierto aire sucio al trabajo).
Sorprende comprobar que se ha optado por usar un efecto tan trillado como el de difuminar la imagen en la zona del rostro para atenuar el paso del tiempo. Muy utilizado en la fotografía de bodas, por cierto.
Esa estética de mujer dura y fatal combinada con un maquillaje (real y digital) que parece más propio de un anuncio de cosmética, nos da alguna pista sobre las contradicciones de una artista que anda un tanto descafeinada últimamente.
Hace poco Madonna decía que le gustaría que su hija Lourdes vistiese de forma algo más conservadora. Unas declaraciones increíbles a tenor de lo que vemos en el reportaje. Pues en él deja claro que sigue siendo una especialista en cultivar un look de chica malísima.
Rojo pasión para D&G
El trabajo realizado por Steven Klein, uno de los grandes nombres de la fotografía de moda combina vídeo y fotos. Un lenguaje híbrido muy usado últimamente entre los que trabajan con imágenes. De hecho, las fotos se nos muestran como si fuesen fotogramas.
Aunque como vemos en el backstage no se ha optado en la producción por usar una única cámara para ambos trabajos. Algo que sí sucedía en la famosa portada de Esquire protagonizada por Megan Fox, en la que las fotos se habían obtenido con la propia máquina con la que se filmó un vídeo de la actriz.
No obstante, ese estilo de falso videoclip amateur usado por Klein para el encargo (en el que se destaca la fría textura de los píxeles) marca una campaña que nos convierte en mirones embobados con una Madonna que se merienda a su acompañante. El rojo salvaje del pintalabios con el que marca el cuello del modelo se ha resaltado precisamente utilizando una luz potente, azul y gélida en el entorno.
Todo ello muy en la línea de los agresivos y atrevidos trabajos de Klein en foto y vídeo, que ya ha retratado en numerosas ocasiones a la autora de Like a Virgin, mostrado a los Beckham como unos macarras y realizado numerosos trabajos para Dolce & Gabanna, alguno bastante polémico.
En definitiva, un creador que convierte en oro todo lo que toca por sus grandes dotes como agitador y por su habilidad para mostrar el lado más sórdido y caliente de los que pasan por su objetivo.