Paris Hilton, 'robotizada' en V Magazine
divinity.es
14/07/201109:11 h.No tenemos claro si Paris Hilton sería el sueño o la pesadilla de Andy Warhol, el hombre que nos contó que el mundo de las celebrities se merecía un lugar en las galerías de arte. Pero lo cierto es que 'V Magazine' dedica en su último número un 'V Magazine'reportajeLas excusas son que cumple 30 años y, sobre todo, que acaba de estrenar un nuevo reality: The World According to Paris. Un programa que gira en torno a una única idea: ser Paris Hilton es guay.
Lo de la referencia a Warhol no es gratuita. En el artículo de 'V Magazine' se califica a Paris de 'pop culture phenomenon'. Un argumento socorrido cuando se busca que la popularidad de una celebrity infumable crezca más allá de su círculo habitual de fans. Aunque no es la única forma de revendernos a la reina de las fiestas californianas.
También nos hablan de su capacidad para hacer dinero. No en vano el titular escogido es 'The bussines of being Paris'. Para que además nos creamos que es un icono que no huele a rancio, los estilistas se han basado en la estética futurista de Blade Runner a la hora de vestirla y maquillarla. El problema es que semejante fórmula ha sido usada una y mil veces.
Las fotos han corrido a cargo del dúo de fotógrafos Daniele Duella y Iango Henzi, cuyo trabajo es habitual verlo en I-D. El resultado es acorde con lo que se espera del tema escogido y la revista: un producto tan artificial como el edulcorante de la Coca-Cola Zero. Pero al menos no lo han disimulado. Si se hecha un vistazo a las firmas del equipo del reportaje de fotos -al final del texto del artículo- vemos un apartado llamado 'retouching' y junto a él, la web de la empresa que ha maquillado con ordenador a Paris: housetribeca.com.
Puede parecer un detalle sin importancia pero no lo es. Esa información viene a decirnos que la revista asume públicamente -lo hace desde hace tiempo- que sus fotos no muestran a un mujer de carne y hueso al 100%. La Paris Hilton que vemos en esos retratos es sólo un poco más real que Aimi Eguchi, la chica artificial que triunfa en Japón, o que Max Headroon, la cabeza parlante que se hizo popular en la televisión estadounidense de los años 80.
Aunque sea un secreto a voces que la inmensa mayoría de las fotos de las revistas de moda están trucadas, es de agradecer que alguien lo reconozca explícitamente -aunque sea en la letra pequeña-. Tampoco está mal que se cite a los encargados del retoque, aunque estaría bien que ya puestos se den sus nombres y apellidos como sucede, por ejemplo, con los peluqueros o los ayudantes de fotografía.
Profesionales de la posproducción digital, como los que trabajan en la agencia House, hay muchos, pero sus clientes acuden a ellos con sigilo. Como el que entra en un burdel por la puerta trasera. Casi nadie está cómodo reconociendo que lo que se ve en sus fotos es una trola. Sobre todo si es tan poco creíble como en el caso de estas tomas, pues no hace falta ser un experto ni mirarlas con lupa para descubrir que tienen gato encerrado.