En los últimos años, el maquillaje ha cambiado y evolucionado mucho. Ahora buscamos un resultado natural, que nos aporte hidratación en la piel y con el que podamos sacarnos el máximo partido. Por eso, uno de los últimos ‘booms’ y que más ha gustado tanto a maquilladores como a usuarios del maquillaje diario ha sido la esponja infusionada.
Las esponjas de maquillaje se han convertido en un gran accesorio, y es que gracias a su uso, el maquillaje se reparte de forma uniforme por todo el rostro y hacen que dure durante más tiempo. Eso sí, deberán tener un tratamiento especializado porque pueden convertirse en un foco de microbios.
Las esponjas infusionadas tendrán una protección antimicrobiana que ayuda a tener una piel más brillante y sana. Además, no contienen látex, se fabrican en microfibra y, además, sus ingredientes hacen que se absorba mejor el producto. También, este tipo de esponjas tendrán diferentes activos que nos ayudarán a que la piel luzca más jugosa. Y no solamente servirá para la aplicación del maquillaje, también la usaremos para los primers, los polvos de fijación, las sombras de ojo o los correctores. Igualmente se convertirán en nuestro mejor aliado para las cremas, facilitadlo la absorción de las mismas.
Nos podemos encontrar con esponjas infusionadas de distintos productos como puede ser el ácido hialurónico, el aloe vera, la vitamina C, el colágeno o probióticos. Estos componentes se adaptarán a las necesidades que tenga tu piel, eligiendo la que mejor vaya con cada persona.
Para su correcto uso habrá que humidificarlas, presionando un poco y aplicando el producto que deseemos con unos suaves toques. Para limpiarlas será importante que las lavemos después de cada uso, aunque sin abusar, para que no se vaya el producto. Luego, habrá que dejarla secar hasta su siguiente uso.
A pesar de todo, no deberemos sustituir las cremas o los sérums si utilizamos este tipo de esponjas. Será esencial siempre llevar una rutina de skin care adaptada a nuestras necesidades y a nuestro tipo de piel.