Desde que Fabio y ella trajeron al mundo a su pequeña Gala, la vida de la influencer y la de su novio han dado un giro de 180 grados, y con ellas el contenido de sus cuentas de Instagram. Acostumbrados a estar actualizados sobre el día a día de la influencer, el cantante y su primera hija en común, la extronista también aprovecha sus charlas con sus seguidores para comentar sus últimas adquisiciones, sus inquietudes y sus complejos.

En esta ocasión Violeta ha publicado en sus historias su nueva preocupación: su sonrisa. "Desde hace unos meses me decís que me notáis la sonrisa rara, lo cierto es que yo también" comentaba la joven en su Instagram. Y es que la influencer asegura que desde hace un tiempo su manera de sonreír ha cambiado, o al menos es ahora cuando se ha dado cuenta de ello.

Sin esconderse, la concursante de 'Supervivientes 2019' ha publicado una imagen del último evento al que ha acudido, el preestreno del nuevo documental de su compañera de profesión Aida Domènech, 'Dulceida al desnudo', donde señalaba cómo al sonreír, por debajo de su labio superior, se puede observar la encía, algo que a la influencer no le gusta "nada". Violeta ha asegurado que su atención no es dejar de sonreír en las fotos, algo que le gusta y que además es importante también para su trabajo en redes, pero que este nuevo descubrimiento no es en absoluto algo que le agrade.

Como ya ha mostrado en otras muchas ocasiones, la joven mantiene una muy buena relación con la también influencer y doctora Carla Barber. Por este motivo, la valenciana no dudó ni un segundo y se puso en contacto con su amiga por su problema. "Super Carla Barber tiene siempre solución" era la siguiente historia que publicaba la novia de Fabio en su Instagram. La especialista le había confirmado que padece "sonrisa gingival" y que la solución es pasar por su clínica y utilizar botox.

Esta no es la primera vez que Violeta comenta con sus seguidores sus complejos, ni la primera ocasión en la que recurre a algún retoque estético para mejorarlos. Hace unos años, tras su salida del programa de supervivencia la influencer tuvo que hacer frente a las criticas de los 'haters' sobre su trayectoria por quirófano. La joven habló en aquella ocasión sin tapujos de 'qué sí y qué no se había hecho'.

Bótox en la mandíbula para combatir el bruxismo, ácido en los labios, una bichetomía para las bolas de bichat y un aumento de pecho. Estos son los retoques que la influencer ha admitido en varias ocasiones con total naturalidad, pues si hay algo que caracteriza a Violeta Mangriñán es que, por norma general, es que no tiene reparos a la hora de contar su relación con la estética.

Violeta nunca ha escondido que le gusta cuidarse, verse bien y si fuese necesario hacerse algún que otro retoque para mejorar aquello que no le gusta. Durante su embarazo y también después de el, hemos podido ver cómo la influencer se sometía a tratamientos de belleza, sesiones de maderoterapia o los masajes drenantes que tanto le gustan.

Un embarazo es siempre sinónimo de cambios. Cambios de vida, de hábitos y también en el cuerpo. Por ello, tras nueve meses de embarazo y a pesar de que su recuperación postparto fue increíblemente rápida, la influencer ha notado que sus pechos ya no están como antes, "se han quedado caídas y con el pezón enorme", comentaba hace unas semanas a las más de 2 millones de personas que le siguen en su Instagram.

Por ello, la ahora mamá de Gala ha decidido que en unos meses, probablemente tras las fiestas de Navidad, buscará a un buen cirujano y pasará de nuevo por quirófano para poner remedio a la falta de firmeza en sus pechos "antes de que Gala crezca mucho, pese más y pida más bracito".