Cuando se acerca el verano, parece activarse esa parte de nuestro cerebro que nos hace desear estar estupendas para estrenar bikini. Bien, por mucho que nos hayan metido esa idea en la cabeza, no podemos hablar de esta tema sin hacer énfasis en que no tienes que adelgazar a toda velocidad para disfrutar de ti y de tu cuerpo, con bikini o sin él.

Por eso vamos a centrarnos en qué se puede hacer para tener un cuerpo saludable, cuánto tiempo necesitas para ponerte en forma, y cómo puedes ayudar a que eso ocurra. Y si aprovechas que la playa y el calor están en el horizonte más próximo para motivarte, estupendo. Sobre todo si sirve para que te cuides durante todo el año. Así, además de mantener y afianzar los resultados, tu cuerpo y tu salud te lo van a agradecer.

Es prácticamente imposible que hayas escapado al algoritmo virtual. Es decir, seguramente ya has visto todo tipo de publicidad con entrenamientos para conseguir un vientre plano en dos semanas o un cuerpazo en 28 días. Por no hablar de las dietas milagros que prometen lo mismo, pero restringiendo alimentos y favoreciendo el dichoso efecto rebote. 

Si quieres ponerte en forma, de verdad, puedes empezar hoy mismo. Si lo haces, sin duda llegarás al verano mejor de lo que estás ahora, siempre que elijas el mejor camino. ¿Y cuál es? Lo expertos lo tienen claro: hacer deporte. Necesitas entrenar 3-4 días por semana, combinando ejercicios de fuerza (sí, toca levantar pesas) con los de cardio (andar, correr, bicicleta, elíptica…). Puedes hacerlo en casa, al aire libre o en el gym, con tutoriales, en clases colectivas… tú eliges. La clave es la constancia para notar los primeros resultados. 

En este punto, los expertos están de acuerdo: necesitas 3 meses de ejercicio constante para ponerte en forma y apreciar cambios y mejoría en tu composición corporal. Si ya has sacado el calendario y crees que no llegas a tiempo a las vacaciones, tranquila, no es así. En solo dos semanas ya notarás que tu cuerpo está más tonificado y habrás empezado a perder volumen. Así que, lejos de desanimarte, piensa en que una vez que empieces a entrenar, solo puede ir a mejor. 

Para que notes los efectos del ejercicio físico, seguir una buena alimentación es imprescindible. Insistimos: no estamos hablando de dietas milagro, sino de sentido común. Es decir, de comer de manera saludable, sin grandes restricciones y pensando en un estilo de vida que puedas mantener más allá del verano. 

Aparta de tus menús el azúcar y los ultraprocesados, come a diario fruta y verduras y evita las harinas refinadas. El alcohol y los refrescos no van a ayudarte en nada, así que haz del agua tu bebida preferida y descubre lo bien que sienta una infusión con hielo cuando llega el calor. 

Al igual que no hay dietas milagro, tampoco hay cosméticos que vayan a acabar en dos semanas con la celulitis ni a eliminar la grasa del vientre. Pero si eres constante en el ejercicio físico y llevas una buena alimentación, hay algunos que, aplicados a diario, consiguen que tu piel se vea más firme y bonita. Y eso, para qué negarlo, es tan apetecible como motivador. 

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