El truco para evitar la ‘cara de almohada’ por las mañanas
Un problema que es el responsable de la formación de gran cantidad de arrugas en el rostro
Pequeños cambios en tus hábitos pueden ayudarte notablemente
Adiós a las manchas en la cara
Te despiertas y ves la zona de los párpados hinchada, así como tu frente y las ojeras. Eso sin mencionar las arrugas que se han formado en tus mejillas… Te suena, ¿verdad? Y es que el llamado efecto ‘cara de almohada’ afecta a la mayoría de las personas y es el responsable de la formación de un alto porcentaje de las arrugas del rostro. El motivo no es otro que el contacto de la piel con el tejido de las sábanas, una presión que se ejerce nada más y nada menos que aproximadamente 2.500 horas al año y que termina por contribuir a que se formen estos surcos que tantos quebraderos de cabeza dan a las mujeres.
Las arrugas del sueño suelen estar localizadas especialmente alrededor de la boca, en la frente y en los laterales de los ojos. Estas zonas, además de tener una cohesión entre la piel y el hueso, son las que suelen estar en contacto más tiempo con la almohada mientras dormimos, sufriendo en mayor parte esta presión. Ahora bien, como dormir es un hecho que no podemos cambiar, la pregunta surge en cómo prevenirlas (o al menos, intentar minimizar sus efectos).
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Postura y cantidad de sueño
En primer lugar, habría que estudiar la posición. Mientras dormimos la cabeza y los pies están a la misma altura, lo que significa que hay una mayor presión en la zona capilar que como consecuencia hace que esta parte esté más hinchada, por lo que, el objetivo consistirá en evitarlo elevando ligeramente la cabeza para que los líquidos puedan descender más fácilmente y así esta presión no sea tan elevada. Sin embargo, la solución de poner una almohada demasiado gruesa (o incluso dos) puede resultar algo incómoda, por lo que muchos expertos recomiendan directamente alzar el colchón para que no se note tanto.
La postura también es importante, y a la hora de buscar la reducción de las arrugas lo más conveniente -aunque no lo más confortable- es dormir boca arriba para favorecer la oxigenación de los tejidos. Además, la calidad y la cantidad del sueño también es determinante, el responsable no es otro que el cortisol. La llamada hormona del estrés se produce especialmente cuando no se descansa lo suficiente y entre otras consecuencias, descompone el colágeno y acentúa la inflamación, así que no prescindas de tus 7 u 8 horas diarias.
En cuanto a los materiales que conforman las sábanas, aunque no influyen tanto como se piensa, sí que es cierto que los más ligeros son más convenientes ya que las arrugas que se formen sobre el mismo serán menos intensas que en aquellos más gruesos.
Terapia de choque
Más allá de los factores externos como la ropa de cama o la postura, también hay que prestar atención a la rutina cosmética nocturna y alimentación. Una dieta baja en sodio y rica en vitaminas y Omega 3 hará que la piel mantenga mejor su hidratación natural y que se segregue una mayor cantidad de colágeno. Tampoco pueden faltar los dos rigurosos litros de agua al día junto con la aplicación de cosméticos que contengan ácido hialurónico, que favorecerán que la piel esté más hidratada.
En los casos más rebeldes, para mejorar su aspecto y evitar la inflamación, la aplicación de hielo bajo los ojos y un masaje facial nada más levantarte con los dedos o un rodillo tampoco falla.