Las Fallas están a la vuelta de la esquina, y más allá de la celebración en sí, si hay algo que llama la atención son los estilismos, tanto los trajes como el beauty look. En el ámbito de la belleza. El peinado de fallera es todo un símbolo en la cultura valenciana, una ‘obra maestra de la peluquería’ que combina tradición y modernidad y cuya elaboración es un proceso que va más allá de lo meramente estético.

Este peinado es un proceso meticuloso que requiere habilidad y experiencia por parte de los estilistas especializados. Pues se requiere de habilidad, precisión y una comprensión profunda de la estética tradicional. Los pasos para su elaboración comienzan, en primer lugar, con la preparación del cabello.

Luego, se forman los moños laterales (también llamados (‘monyo fallera’), que pueden variar en tamaño y forma según las preferencias de la persona. Estos se sujetan con horquillas y se decoran con flores, lazos o peinetas, añadiendo un toque de color y sofisticación que hacen que cada look sea único.

Además, hay que tener en cuenta que cada fallera tiene una forma de cabeza diferente y sus propias preferencias, por lo que hay que adaptarlo a cada persona.

A grandes rasgos, el proceso sería el siguiente:

En primer lugar, se prepara el pelo con algún producto para dar textura y a continuación se realizan trenzas para proporcionar una base sólida para los moños laterales. Estas pueden ser simples o más elaboradas, dependiendo del estilo deseado.

A continuación, llega el momento de crear los moños laterales que se construyen a partir de las trenzas y en los que resulta imprescindible la ayuda de peines, pinzas y demás productos de fijación. Una vez que los moños están en su lugar, se riza el resto del cabello y se decoran con flores, lazos, peinetas y otros accesorios tradicionales. Por último, se remata de nuevo con un buen spray de fijación para mantener todo en su lugar.

El coste puede variar según varios factores, incluyendo la experiencia del peluquero, la longitud y textura de la melena, así como la complejidad del estilo. En general, el peinado de fallera puede oscilar entre 50 y 150 euros, aunque en ocasiones especiales o con peluqueros de renombre, puede ser más alto. Sin embargo, muchos consideran que este gasto es una inversión en la tradición y la elegancia que caracterizan a las Fallas.

En otras palabras, este peinado no es simplemente un estilo de cabello, sino una expresión de identidad cultural y un homenaje a las tradiciones de la región que cada año deja claro que sigue más vivo que nunca.