Revolución Indiba: el tratamiento de belleza de origen catalán favorito de las celebrities

Indiba facial, Indiba corporal… De un tiempo a esta parte cada vez más famosas se apuntan a este tratamiento dirigido a borrar signos de la edad, estrías o cicatrices y reducir centímetros: María Pombo, Carmen Lomana, Vicky Martín Berrocal, Paula Echevarría y un largo etcétera, incluidas celebridades internacionales como Kate Winslet, Jennifer Aniston o Cate Blanchett. ¿Por qué, qué tiene Indiba que no tengan otros tratamientos? 

En Divinity te vamos a contar en profundidad en qué consiste y qué lo ha convertido en la gran revolución cosmética.

Indiba no es de ahora, aunque su tecnología ha ido evolucionando. Su sistema, que combina dos tipos de radiofrecuencias, lo creó en 1983 un investigador barcelonés, José Calbet. Indiba goza de más de 40 años de salud… y los que le quedan, porque quienes lo usan hablan maravillas y no para de recibir premios internacionales.

Indiba se basa en la diatermia por radiofrecuencia. Vamos a explicar un poco qué son estos "palabros". La diatermia es el calentamiento local de tejidos en una zona en la que se ha aplicado un fuerte campo eléctrico o magnético. Calbet quiso introducir ondas de radio (electromagnéticas) de manera segura en el cuerpo humano, y lo hizo con dos tipos de radiofrecuencia, que son las que se combinan en Indiba:

· Radiofrecuencia capacitiva: esta reacciona sobre tejidos blandos, como músculos, sistema linfático o vascular.

· Radiofrecuencia resistiva: al contrario que la capacitiva, reacciona sobre tejidos con poca presencia de agua (tendones, cartílagos, huesos…). 

En pocas palabras, la generación de calor que provocan estas ondas produce diversos efectos absolutamente asombrosos. Las células reciben la energía que necesitan para poner en marcha los mecanismos de regeneración. La piel se oxigena, la circulación sanguínea se activa, los fibroblastos (células productoras de colágeno) se estimulan, se segrega también elastina, se inhibe la síntesis de grasa, nuestro cuerpo recupera turgencia. Indiba es perfecto para reducir centímetros y disminuir la dichosa celulitis, pero también se utiliza para rejuvenecer al instante. No son pocas las celebrities que "se hacen un Indiba" antes de asistir a un evento de importancia, donde todos los flashes se van a dirigir hacia ellas. 

Tanto Indiba facial como corporal funciona con sesiones de entre 30 y 45 minutos, la profesional realiza una especie de masaje con los manípulos de radiofrecuencia para que esta haga su "magia". Antes, se limpia y desinfecta a conciencia la piel a tratar y se utiliza un gel conductor de las ondas. Indiba devuelve la luz a la piel apagada, reduce ojeras, arrugas, estrías; pero también borra cicatrices, redibuja la silueta, elimina celulitis. "Lo maravilloso de Indiba es que es un método no invasivo, es decir, que no produce efectos colaterales", explica Gema Cabañero, directora del centro de estética avanzada del mismo nombre, en cuya carta de servicios encontramos Indiba facial y corporal. "Lo realmente fascinante", continúa, "es cómo esta combinación de tecnologías logra resultados espectaculares en una sola sesión. Por eso es un tratamiento de altísima demanda". También lo es, añade, porque "Indiba logra un efecto rejuvenecedor muy natural". Frente a las inyecciones de toxina botulínica o ácido hialurónico, este sistema recupera el rostro de una forma nada artificial, algo que muchas usuarias de tratamientos cosméticos agradecen.

"Va a depender en gran medida de la alteración de la persona que se haga el tratamiento", explica Gema Cabañero. "Tras la primera sesión el cambio es impresionante, pero necesitamos varias para que Indiba optimice resultados. Casi todo el mundo está, por nuestra experiencia, en una horquilla de entre seis y doce sesiones. Y después, hacer un retoque, una sesión de repaso, cada dos o tres meses. Lo interesante de Indiba es que lo que conseguimos se mantiene en el tiempo solo con eso".

Pues… depende del centro, de sus tarifas, del tiempo que dure cada sesión (las hay de hasta una hora) y de los productos que utilicen. Lo habitual es que una sesión esté en una horquilla de entre 50 y 90 euros.

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