¿Por qué siguen apareciendo manchas en la cara aunque te proteges del sol? Dos expertas responden
Te aplicas crema en la cara a menudo y no dejas que te dé el sol en la cara, pero sigues teniendo manchas. Hay algo que estás haciendo mal
Igual que uno no adelgaza solo de una zona específica, tampoco las manchas dejan de salir en el sitio dónde no quieres. Y la Dra. Cristina Eguren y la Dra. Carla Barber nos lo explican
"Callo solar", la peligrosa nueva tendencia para tomar el sol viral de TikTok
El melasma, esa molesta y persistente hiperpigmentación en la piel del rostro, puede ser frustrante para quienes lo padecen. Te proteges con esmero la cara, aplicas protector solar religiosamente y, de hecho, has dejado de tomar el sol en la cara y solo lo haces en el cuerpo. Aun así, esas manchas parecen empeorar. ¿Cómo es posible si lo estás haciendo TODO bien? Las expertas en dermatología y medicina estética, la Dra. Cristina Eguren y la Dra. Carla Barber, nos cuentan por qué, a pesar de estar cuidándonos las manchas siguen haciendo de las suyas.
Y es que lo primero que nos tendríamos que plantear es: ¿de verdad lo estamos haciendo tan bien? Porque, está claro, algo falla.
MÁS
La complejidad del melasma
La Dra. Carla Barber, médico estético con más de un millón de seguidores en Instagram, explica que "el melasma va más allá de una simple mancha o léntigo solar. Se trata de una patología de la piel directamente asociada a un exceso de pigmentación". Esta condición está vinculada no solo a factores externos como la exposición solar, sino también a internos como las hormonas femeninas y la predisposición genética.
Barber aclara que "el fotoenvejecimiento de la piel es otra de las causas más comunes de la hiperpigmentación o melasma". Esto implica que, aunque protejas tu rostro con esmero, el daño solar acumulado en el cuerpo puede activar los melanocitos, células que producen melanina, y desencadenar o agravar el melasma en el rostro.
El papel de los melanocitos en la exposición solar
La Dra. Barber detalla que “al recibir los rayos del sol, el melanocito, célula presente al final de la epidermis, se activa y oscurece el tono de nuestra piel". Esta activación no es uniforme en todas las personas, ya que depende de los diferentes fototipos de piel y de la tendencia individual a producir melanina.
Por otro lado, la Dra. Cristina Eguren, dermatóloga, añade una perspectiva crucial sobre la interconexión de nuestra piel, tal y como explica en uno de sus post de Instagram. "Cuando tomamos el sol, especialmente en superficies extensas, se libera la proopiomelanocortina (POMC). Esta hormona es precursora de otras, entre ellas, la hormona estimulante de los melanocitos (MSH). La MSH es la encargada de estimular la producción de melanina por parte de los melanocitos", expone. O, lo que viene a ser lo mismo, la exposición solar activa este proceso, lo que resulta en un aumento de la producción de melanina y, finalmente, en el bronceado de la piel.
Eguren enfatiza que "en el melasma existe, entre otras cosas, un aumento de producción de melanina por parte de los melanocitos. Por ello, si tomas el sol en áreas corporales también puedes acabar produciendo una mayor activación de los melanocitos de la cara responsables del mismo. Aun así, esta activación será menor que si la exposición se produce directamente en las manchas".
"Resulta insuficiente protegerse el rostro si hacemos un abuso de la exposición solar", advierte Barber. Y es que, aunque desees lucir un cuerpo bronceado, recuerda que los melanocitos se activan de igual forma y pueden desencadenar hiperpigmentación en áreas no directamente expuestas al sol.
Y si me quiero poner morena, ¿qué hago?
"Entonces, ¿si tienes melasma no puedes broncearte ni broncear el cuerpo?", cuestiona Eguren en su cuenta de Instagram. "Mi recomendación es que disfrutes del verano protegiendo especialmente la cara, pero sin olvidar el cuerpo. Y, sobre todo, que no te expongas para buscar intencionadamente el bronceado, pues entonces sí o sí empeorará el melasma. Si deseas broncearte, opta por los autobronceadores".
Prevenir mejor que curar... ¡todo el año!
El refranero no falla y, antes que curar, mejor prevenir. Para combatir eficazmente el melasma, es esencial adoptar un enfoque integral de protección solar. Esto incluye no solo la aplicación rigurosa de protector solar en el rostro, sino también en el cuerpo. “A esta protección solar hay que añadir una crema despigmentante con ácido tranexámico. Se inhibirá la acción de la tirosinasa y conseguiremos prevenir la aparición de nuevas manchas, tratando a su vez las que ya están presentes”, recomienda la Dra. Barber. Además, activos como la vitamina C, el retinol, la niacinamida y el ácido fítico también pueden ayudarte en la lucha contra el melasma.
Asimismo, desde la Clínica Barber subrayan la importancia de tratr el melasma durante todo el año. "El melasma se camufla en estaciones como otoño e invierno y se expone en su máximo esplendor cuando nos da mucho el sol", dice la doctora. Por lo tanto, mantener una rutina de cuidado de la piel consistente durante todo el año es fundamental para minimizar los brotes de melasma.
La protección solar debe ser holística ya que, como han explicado las doctoras, el melanocito se activa de igual forma en todo el cuerpo, y es crucial entender que el sol no discrimina entre rostro y cuerpo cuando se trata de activar la pigmentación. La clave para controlar el melasma está en una prevención integral que abarque todo tu ser, desde la cabeza hasta los pies.
Te puede interesar: