Sea la época que sea, todas queremos lucir una piel libre de imperfecciones. Las pieles más maduras, suavizar arrugas o borrar manchas; las más jóvenes, sin embargo, tienen su caballo de batalla en los puntos negros y los granitos. Pues bien, hemos encontrado un producto perfecto en Lidl para controlar el exceso de sebo y conseguir una piel más uniforme y lisa: se trata de la mascarilla facial Cien con arcilla verde.
La arcilla verde es, en efecto, su principal principio activo, pero también incorpora arcilla blanca (caolín). La arcilla absorbe el exceso de sebo de la piel, lo que promueve la matificación del rostro y previene el brillo característico que se observa en las pieles grasas. Además de eliminar el exceso en el momento, el uso regular de productos formulados con arcilla puede equilibrar la producción de sebo, haciendo que la piel no produzca grandes cantidades de grasa de forma reactiva.
Otra propiedad que tiene este material es la limpieza en profundidad de los poros. Extrae impurezas, toxinas y restos de maquillaje que se acumulan en ellos, lo que los afina y minimiza su apariencia. Aunque la arcilla no reduce el tamaño de los poros de forma permanente, el hecho de limpiarlos a conciencia los hace menos visibles.
Además, esta mascarilla posee un efecto exfoliante suave. Ayuda a eliminar células muertas de la superficie de la piel, lo que mejora su textura y favorece la renovación celular. El resultado: tu rostro va a mejorar progresivamente e irás apreciando una textura más uniforme y una mayor luminosidad, producto de la exfoliación y de unos poros más limpios.
El caolín o arcilla blanca que forma parte de los activos de esta mascarilla tiene un considerable efecto calmante sobre la piel. Las arcillas tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir zonas rojas y a aliviar brotes activos de acné.
Otro de sus ingredientes más interesantes es el illite, un mineral que contribuye al afinamiento y limpieza de los poros, especialmente activo en pieles sensibles, como las que tienen tendencia acneica. Y zinc, que repara las lesiones de la piel y contribuye a su cicatrización (es decir, que actúa sobre las marcas de acné). La glicerina que se incorpora en su formulación, muy habitual en cosmética, es un humectante que retiene el agua en tu cutis y previene que se reseque (la arcilla tiende a resecar el cutis).
Antes de aplicarla, asegúrate de que tienes la cara limpia, sin maquillaje ni ningún otro tipo de producto, para que la arcilla pueda alcanzar su máximo efecto. Aplica una cantidad suficiente (pero no excesiva) sobre la piel limpia y seca, formando una capa uniforme. La arcilla comenzará a secarse y absorberá el exceso de grasa y suciedad de la superficie de la piel y de los poros. Mientras se seca, adquiere un efecto tensor que es el que contribuirá a reducir el tamaño de los poros (más abiertos cuando se tiene acné). Cuando pasen unos 10 minutos, enjuaga con agua tibia: obtendrás una piel mucho más suave y mate.
Las mascarillas deben ser parte de nuestra rutina facial, y más aún cuando queremos reducir o eliminar la aparición de puntos negros y granitos. ¿Cuántas veces deberías usarla? Al menos, una vez por semana, aunque según el estado de nuestra piel podemos usarla en días alternos. ¿El momento ideal? Antes de acostarte, ya que de este modo vamos a arrastrar partículas acumuladas a lo largo del día (de polución, polvo, etc.) que hayan podido afectar a la piel. Termina con un producto hidratante no comedogénico y apto para pieles mixtas o grasas. ¡Notarás enseguida los resultados!
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