Las verrugas en el cuello son muy comunes, sobre todo a partir de los 25-30 años, aunque también pueden aparecer en la infancia. Las ocasiona el Virus del Papiloma Humano aunque, en la mayoría de las ocasiones, son benignas y no suponen un riesgo para la salud. Con todo, pueden resultar antiestéticas y, en muchos casos, molestas. Si descubrimos nuevas verrugas en el cuello o en cualquier otra parte del cuerpo lo primero que tenemos que hacer es acudir al dermatólogo para que determine su causa y valore la mejor forma de eliminarlas. Te contamos cómo se puede acabar con ellas y por qué suelen aparecer. 

Hay diferentes causas detrás de la aparición de verrugas en el cuello. Por lo general, la edad y la genética son factores determinante y, a medida que vamos cumpliendo años, aumentan las posibilidades de tenerlas. Los desajustes hormonales también favorecen su aparición y, en ocasiones, pueden ser el síntoma de enfermedades como la diabetes o el sobrepeso.

En cambio, usar collares o gargantillas en el cuello no tiene nada que ver con ellas, como algunas personas creen. Como te decíamos, es imprescindible que un dermatólogo valore qué tipo de verrugas son las tuyas y descarte otros tipos de lesiones cutáneas que pueden ser muy similares. Una vez hecho el diagnóstico, hay diferentes formas de hacerlas quitarlas, aunque en ocasiones desaparecen ellas solas sin necesidad de realizar ninguna intervención. 

El láser es muy eficaz para eliminar las verrugas y el tratamiento puede realizarse tanto en un centro médico como en un clínica estética, sin olvidar el diagnóstico previo del dermatólogo. En 15 minutos se puede eliminar una verruga sin apenas dolor y, muy importante, sin que haya sangrados, infecciones o cicatrices posteriores. 

El ácido salicílico es muy eficaz para hacer desaparecer las verruguitas del cuello, ya sea con parches o soluciones de diferente tipo. Es un tratamiento más lento, aunque también eficaz, con el que puedes tardar algunas semanas en ver cómo la verruga cae definitivamente de tu cuello. 

Este tratamiento es muy utilizado, y se realiza aplicando nitrógeno líquido en las verrugas para congelarlas y atacar a sus células. Estas se destruyen de manera progresiva, así que dependiendo del tamaño de la verruga puede que sea necesario realizar varias sesiones. 

Aunque te cuenten que hay remedios caseros para eliminar verrugas, como tirar de ellas con un hilo o poner encima una cáscara de plátano, no debes intentarlo. Lo único que puedes conseguir es una infección en la zona, además de una cicatriz que no consigas eliminar.

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