Por fin se ha resuelto la que se había convertido en una de las grandes incógnitas de la prensa del corazón en estos primeros compases de 2025. La revista Lecturas publica esta semana en exclusiva las imágenes del nuevo aspecto de Paola Olmedo tras haberse sometido a distintas operaciones en el rostro el pasado mes de febrero. Una complicadísima intervención quirúrgica, realizada por razones médicas y no estéticas, que ha derivado en un cambio radical del aspecto de la exmujer de José María Almoguera, que exhibe en la portada de la citada publicación, dando todo tipo de detalles sobre el proceso y su reacción y la de su entorno al verse por primera vez. Así ha sido su impactante antes y después.
Hace cuatro años que Paola saltó del anonimato a convertirse en una cara conocida para el público a raíz de su relación con el nieto de María Teresa Campos. Pese a la discreción inicial, su boda en 2022 fue objeto de un reportaje en exclusiva, lo que propició que desde el papel cuché se intensificase el foco sobre ella. Su maternidad, su divorcio dos años después y el vínculo y varias polémicas con distintos miembros del clan Campos, especialmente su suegra Carmen Borrego, la han acabado por consolidar como un nombre conocido.
En todo este tiempo, la empresaria de origen paraguayo había ofrecido un aspecto físico más o menos similar, habida cuenta de algunos cambios en lo que se refiere al pelo o al estilo de vestirse. Su imagen característica incluía de forma permanente una ortodoncia para arreglar y colocar correctamente su dentadura. En las últimas semanas, tras su mencionado paso por el quirófano, ha sido habitual verla cubriendo gran parte de su cara con una mascarilla quirúrgica. La cuenta atrás para conocer su nueva imagen ha terminado.
Lecturas comparte un detallado reportaje sobre el renovado aspecto de la exnuera de Carmen Borrego, que concreta en qué ha consistido su intervención. “Me operaron tres cirujanos hace un mes y una semana durante seis horas y media”, detalla Paola, que reconoce que lleva toda la vida arrastrando dolencias en la mandíbulas y el rostro que le afectaban a la audición. Ese fue el verdadero motivo por el que Olmedo se decidió a pasar por el quirófano. Al tratarse de una cuestión médica y no estética, la operación se realizó por la Seguridad Social.
"O te operas o te quedas sorda", resume la protagonista. La intervención fue extremadamente compleja, y reconoce que han tenido que retocarle "todo". Se le realizó una reconstrucción de la mandíbula, se le colocaron placas de titanio en las mejillas y unos tornillos también. "Me han roto todo", asegura ella, que admite que la operación era, además, delicada, habida cuenta de las muchas terminaciones nerviosas que convergen en dicha zona.
Hubo, además, que tratar otras zonas que a priori no iban a ser retocadas. "El cirujano me comenta que la nariz quedaba rara y me la han tenido que tocar también. Lo de la nariz no me lo esperaba", reconoce la empresaria en la entrevista.
El cambio en su rostro es mayúsculo. Es la propia Olmedo la que lo reconoce, afirmando que se mira cada detalle en el espejo y que cuando se ve en fotos todavía no se reconoce. "No me esperaba tanto cambio, es muy brusco. No hay marcha atrás", admite. No es la única impactada con su antes y después: como ella misma ha contado en el reportaje, su propia madre no la reconoció en un primer momento al verla y se echó a llorar. Algo similar a lo que sucedió con sus hijos: "El del medio ha tenido rechazo. Lo primero que me dijo: ‘Esa no es tu nariz. No eres mi madre", reconoce.
Las secuelas son también importantes. Paola vivió un posoperatorio muy complicado, con "mucho dolor" y sin poder comer, llegando a adelgazar dos kilos. A día de hoy, todavía tiene partes de la cara paralizadas. Retomar su vida le ha supuesto un esfuerzo "tremendo" ya que el proceso de rehabilitación es "largo y costoso", en sus propias palabras.
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