Lo más probable es que tengas la cabeza loca entre los que dicen que el azúcar moreno es mejor que el blanco, los que dicen que el al revés o los que afirman que ambos son igual de perjudiciales. ¿A quién le hacemos caso? Al final el azúcar está presente en nuestra vida casi sin quererlo, en los zumos, en esos granitos que echamos al café o en el bollo que te comes a media mañana para matar el gusanillo, porque claro, a algo dulce nunca se le hacen ascos. Ahora bien, ¿es cierto lo que se dice sobre ambos tipos?

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) establece una diferencia clara entre el azúcar moreno y el blanco. Mientras que el primero señala que es el azúcar sin refinar, de ahí su tonalidad más oscura, el blanco es azúcar refinado. Debido a que el moreno contiene pequeñas cantidades de vitaminas, minerales y fibra se dice que es más sano. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que no se debería ingerir más de 25 o 50 gramos de azúcar al día, así que parece que esos pequeños beneficios se esfuman.

Es decir, si se siguen las recomendaciones médicas de no consumir más de 50 gramos de azúcar al día, por mucho que la que pongamos en el café sea azúcar moreno sus supuestos beneficios son casi imperceptibles, por lo que al final ambas tendrán la misma función y te afectarán de la misma forma. Así que eso de que el azúcar moreno es más sano que el blanco es cierto, pero es una afirmación cogida con pinzas, ya que al final, siempre que sigas los consejos, da igual si prefieres el blanco o el moreno.

Donde sí que puedes encontrar alguna que otra diferencia es en su sabor, lo que puede hacer que te decantes por uno u otro. El azúcar moreno tiene más sabor y matices en el paladar, pero es cierto que si lo que buscas es darle un toque dulce a tu postre o bebida no es el ideal, ya que tiene un porcentaje menor de sacarosa. Vamos, que para endulzar bien el café vas a necesitar mayor cantidad de azúcar moreno que de azúcar blanco, y si quieres hacerle caso a la OMS al final el blanco será el idóneo para no pasarte con las cantidades.

Los procesos para conseguir ambos tipos de azúcar también son diferentes. Partiendo de la base de que el azúcar se obtiene de la remolacha azucarera o de la caña de azúcar, el blanco se somete a un proceso de purificación que le da ese color blanquecino. Pero su parte, el azúcar moreno como tal se obtiene de la mezcla del azúcar blanco con mieles o melazas depuradas de caña, mientras que el azúcar moreno integral tiene un proceso diferente al obtenerse de los jugos depurados de la caña de azúcar.

Por tanto, viendo las diferencias entre ambos tipos de azúcar realmente no son tan grandes como para decir que el blanco es mejor que el moreno o viceversa, al final el sabor, el aroma y los gustos de cada uno son los que marcan la diferencia para saber si te gusta más uno u otro, si prefieres un toque más dulce o un poco más de sabor, pero definitivamente no hay uno más sano que otro siempre que tomes las cantidades de azúcar que recomiendan las autoridades sanitarias. Así que ya sabes, al próximo que te diga que el azúcar moreno es mejor que el blanco puedes decirle que ambos son buenos y malos a partes iguales.