Cambiar de color de pelo será una decisión difícil de tomar, pero fácil de ejecutar. Para ello, lo mejor será que te hagas con un buen tinte y conozcas todas las posibilidades que hay en el mercado. Así, podrás ver que existen tintes naturales y, también, otros que estarán fabricados a base de amoniaco. Estos últimos podrán ser especialmente perjudiciales para el cabello.
Los tintes aparecieron en nuestra vida hace muchísimos años. Ya los egipcios utilizaban algunas plantas para modificar el color de su pelo. Eso sí, desde ese momento, los tintes han evolucionado mucho, por lo que hoy en día existen una infinidad de tipos, como aquellos que tienen amoniaco o aquellos que están realizados a base de productos naturales.
El amoniaco es un gas que permite que el color se fije de una manera más permanente en el cuero cabelludo. Este químico tiene un olor muy fuerte, lo que podrá hacer pensar que es peligroso para la piel y lo cierto es que, en grandes cantidades, sí que lo es. Sin embargo, las cantidades de amoniaco que suelen tener los tintes son reducidas y no suele ocasionar ningún problema.
Pero, ¿cuáles son sus pros y contras? En el caso de que se quiera alcanzar un color más duradero, lo mejor será decantarse por este tipo de tintes. Este tipo de tinte permite que el color se fije durante más tiempo en el cabello, como ya hemos comentado, gracias a la acción del amoniaco y, también, al ser un gas muy volátil permanecerá poco tiempo en el cuero cabelludo. Además, ofrece un mayor brillo al pelo y una mejor fijación en aquellas zonas más grises. De la misma forma, debido a su fijación, este tipo de tintes son perfectos para aquellos cambios de color más extremos.
Por su parte, las desventajas residen en su fuerte olor, que puede causar un degradado a la hora de aplicarlo y, al ser un químico muy potente, puede producir que el cuero cabelludo se reseque más fácilmente. Además, en concentraciones muy elevadas puede producir alergias en ciertas personas y, al ser permanente, se pueden percibir más las raíces a medida que el cabello va creciendo. También, se necesitarán tratamientos especiales para proteger el cabello de los tintes de pelo con amoniaco. Con todo, es cierto que, a pesar de sus inconvenientes, este tipo de tinte es el más utilizado en el mercado.
En el caso de que quieras cuidar bien tu cabello, una buena opción será decantarse por un tinte totalmente natural. Los tintes de pelo sin amoniaco usan otros compuestos que también abren la cutícula y permiten que el color penetre en el cuero cabelludo. Estos son menos agresivos que el amoniaco, por lo que el cabello se verá un poco más saludable y mejor cuidado después de aplicar el color.
Respecto a sus ventajas, cabe destacar que este tipo de tintes utilizan un proceso de aplicación más sencillo, por lo que es muy probable que sea más fácil de hacer en casa. Además, se reduce la posibilidad de sufrir alergias en las vías respiratorias y en el cuero cabelludo. Tampoco suele resecar el cabello y, además, se podrá lograr un tono más natural.
De la misma forma, se eliminará ese fuerte olor que puede ser tan molesto a la hora de teñir el cabello y será ideal para aplicarlo junto con otros tratamientos de alisado. En el mercado nos podremos encontrar con tintes naturales que pigmentarán el cabello sin necesidad de aplicar químicos más invasivos. Sus ventajas son diversas: desde poder ser usados por personas que sufren alergias capilares a crear reflejos muy llamativos en el cabello u ofrecer al pelo más volumen y firmeza.
Eso sí, también nos podremos encontrar con otras desventajas, ya que su composición no cubrirá las canas en su totalidad y tampoco servirán para cambios de colores extremos. Además, la paleta de colores no es tan amplia.