Hace ya tiempo que se demostró que los champús que usábamos a diario no eran buenos para la salud de nuestro cabello. Y es que, la mayor parte de los que comprábamos en perfumerías y supermercados estaban compuestos por ingredientes químicos que más que proteger y sanear la fibra capilar lo que hacían era debilitarla, entre otras cosas. Hablamos de los parabenos y las siliconas, pero principalmente de los sulfatos, que se ha demostrado que es el componente que más afecta al pelo y al cuero cabelludo.

Pero de un tiempo a esta parte, estos elementos, especialmente los sulfatos, se han ido eliminando de las formulaciones de los champús, incluso de los más comunes y de uso diario. Y es que, hay más de una razón para que los sulfatos, a pesar de ser de lo más efectivos para combatir el exceso de grasa y suciedad, ya no estén entre la lista de ingredientes de no solo nuestros champús sino del resto de productos capilares.

Los sulfatos son unos compuestos químicos que se encargan de la parte principal de la limpieza de la piel, el cabello o los dientes. Es decir, se encarga de disolver la grasa y librar de la suciedad y las impurezas y es gracias a ellos por lo que sale la espuma. Pero estos deben estar presentes en el champú en muy baja concentración, no frotar en exceso los productos que los contengan. Y es que, al mezclarse con otros ingredientes de los que suelen ir acompañados en las formulaciones de los productos cosméticos.

En general, los sulfatos no se recomiendan ya que resecan y provocan la irritación de la piel y el cuero cabelludo, pues destruye también la grasa y los aceites naturales y necesarios, siendo una de las razones para la aparición de caspa. Además, son los responsables de que el champú “deje de funcionar” causando un efecto rebote aumentando la secreción de grasa en el cuero cabelludo. Y no hacen más que empeorar la situación si se tiene el cuero cabelludo sensible, con tendencia a la aparición de granitos, a la dermatitis o al eczema. Además, hace que los tratamientos de color o de queratina duren menos. Por su parte, también son perjudiciales para los cabellos frágiles, que solo empeorarán.

Eso sí, para que los sulfatos sean realmente dañinos para la salud del cuero cabelludo y del cabello, es necesario lavar el pelo varias veces al día y usar un exceso de champú. Aún así, muchos son los cosmetólogos y peluqueros que recomiendan los champús naturales, que carecen de los sulfatos. Especialmente, si quieres proteger tu cuero cabelludo porque este es demasiado sensible o tiene el pelo seco y quebradizo. Además estos son más respetuosos con el medio ambiente en general, con nuestro pelo en particular y hacen que el pelo esté verdaderamente limpio, a la larga, durante más tiempo.

Los champús sin sulfatos, en un principio solo se encontraban en la farmacia o en tiendas especializadas, pero al ser cada vez más recomendados en lugar de los que contienen sulfatos, siliconas y parabenos, los podemos encontrar en el supermercado y de diferentes marcas.

Como decíamos al principio, los champús sin sulfatos y naturales suelen estar también formulados sin parabenos ni siliconas. Y es que las siliconas son emolientes y selladores de la cutícula que sirven para acondicionar, pero tienden a acumularse y convertirse en residuos con cada lavado y hacen que el cabello después se ensucie con más facilidad y además son muy contaminantes. Por su parte, los parabenos, aunque se encargan de conservar los cosméticos pueden alterar el equilibrio hormonal si permanecen en el cuero cabelludo.

Este de Coolmethics es un champú reparador formulado con ingredientes como el extracto de arroz, de Ginseng o de avena, aceite de coco y aguacate, dejando a un lado los sulfatos, las siliconas y los parabenos y además es vegano. Está disponible en Primor por 6,95 euros.

Y es que la espuma no es necesaria para garantizar la limpieza, solamente facilita el uso del producto y hace que sea más fluido. Los champús sin sulfatos hacen menos espuma o ninguna, como esta crema de Elvive que puede encontrarse tanto en perfumerías como en supermercados como Mercadona o Lidl. Este está disponible a un precio de 5,95 euros, aunque dependerá del establecimiento en muchos casos.

Uno de los lugares donde más champús sin sulfatos se encuentra es en la farmacia. Y es que, hasta no hace mucho estos champús eran considerados especializados para los cueros cabelludos más sensibles y con tendencia a la irritación o a enfermedades que provocaban la descamación. Una de estas opciones es este de Klorane, formulado sin sulfato y rico en taninos de Granada y agentes reparadores. Fija el color y repara el cabello, lo protege y da brillo y suavidad.