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Las uñas rotas pueden ser algo muy normal en muchas personas. Por mucho que intentemos pintarlas menos tiempo o cuidarlas lo máximo posible, puede ser que estén más quebradizas, y es que son muchas las alteraciones que nos podemos encontrar en unas uñas con problemas, como modificaciones en la forma, el color, la textura o la superficie. Además, son muchas las razones por las que las uñas pueden estar más quebradizas, escamadas, amarillentas y frágiles.
Una de las primeras cosas que deberás hacer será optar por esmaltes de alta calidad. Lo mejor será que te decantes por aquellos que están especializados en uñas escamadas y que pueden acabar con este problema en poco tiempo. También, será muy importante pulir bien las uñas antes de pintarlas. Habrá que ser conscientes de la importancia de tratar bien las manos antes de comenzar con la aplicación del color, sobre todo en aquellas zonas más dañadas.
Será importante que le dediques tiempo a las uñas y en las cutículas y que las masajees bien siempre que puedas. Puedes tener un pequeño bote de crema cerca de la cama y echártelo cada vez que te vayas a dormir. Para potenciar el crecimiento fuerte, cuando las hidrates, deberás realizar movimientos circulares cerca de las cutículas.
Debes tener en cuenta que la base de la manicura deberá proteger bien la uña y lo mejor será que contenga un tratamiento especializado para esas uñas escamadas y abiertas. En el caso de que las uñas estén secas deberás trabajar lo máximo con ellas para fortalecerlas.
Lo ideal será que apuestes por un tratamiento que evite las roturas y que lo apliques con la frecuencia adecuada. También, estará muy bien aplicar una capa de brillo en la manicura que protegerá la uña y la endurecerá, haciendo que el esmalte se quede intacto durante mucho más tiempo.
Respecto al lavado de manos, habrá que realizarlo en su justa medida, ya que hacerlo constantemente no será bueno para nuestra dermis. Sucederá lo mismo con las uñas: un lavado excesivo las resecará. También, será esencial cuidar bien la alimentación e incluir alimentos ricos en grasas buenas y Omega 3, así como en vitamina A.