Un flequillo es mucho más que un simple corte de pelo, es un misterio absoluto. Se habla de él en singular, pero hay tantos como tipos de cabello y facciones y cada uno es adecuado para un tipo de cara, además es un auténtico milagro antiedad porque te quita años de encima de un tijeretazo.
Casi todas las mujeres han pensado alguna vez en cortárselo y de hecho algunas han cometido el error de hacerlo ellas mismas. Otras se han limitado a imaginar cómo les sentaría y no pasan de ahí porque creen que en su pelo puede ser indomable o que si el corte acaba en estropicio hay que esperar demasiado tiempo a que crezca.
Cada caso particular es un mundo, pero finalmente el corte de flequillo se ha convertido en una decisión importante de la que te alegras muchísimo o de la que te arrepientes absolutamente y esto es así porque hay que dar con el tipo de flequillo adecuado para que la visita a la peluquería tenga un final feliz.
La forma de la cara y el tipo de pelo son determinantes para dar con el flequillo que mejor te sienta. Tener la frente ancha o estrecha, el pelo fino, grueso, liso o rizado, la cara ovalada, cuadrada, redonda o alargada, son los factores que cualquier estilista analiza para optar por un flequillo recto, desfilado, corto o largo.
Tener la forma de la cara ovalada es la lotería genética en cuestión de rostros. Es armonioso y por más que cortes aquí o allá todo le va a sentar bien, así que en cuestión de flequillos se aplica la misma regla: no importa si es o no tupido, si es recto o shaggy, micro o maxi, porque un rostro ovalado lo acepta todo y defiende hasta los cortes imposibles.
En este caso es más importante atender al tipo de cabello: liso o rizado, fino o grueso, escaso o abundante.
Si tienes el cabello liso puedes optar por cualquier tipo, incluso por los flequillos micro que son los más complicados. Si tienes el pelo ondulado o rizado lo aconsejable es un flequillo largo para evitar que se encoja demasiado cuando el pelo esté seco. Una apuesta de tendencia para este tipo de cabello es el Morrison, un corte con volumen y mucho movimiento en las puntas.
Si tienes el cabello fino es mejor evitar los flequillos rectos, lo ideal es optar por cortes con movimiento que aporten volumen: despuntado, de capas finas y degradadas o largo y lateral. Para el pelo grueso puedes optar por el flequillo recto y tupido o el flequillo cortina.
Las mujeres que tienen la cara redonda y buscan afinar sus rasgos deben evitar cortes excesivamente geométricos, así que el flequillo recto, también llamado mod, o el micro, cuyo largo no sobrepasa la mitad de la frente, están descartados. Lo ideal es optar por el flequillo tipo cortina, largo y desfilado en las puntas que nace a la altura de las cejas y va desfilado en diagonal hasta integrarse en la melena a la altura de las orejas. Es muy versátil porque puedes peinarlo con raya central o lateral y en ambos casos favorece a este tipo de rostro.
Si tu rostro es cuadrado, es importante evitar las líneas horizontales que potencien los ángulos marcados del mentón. Para suavizar las facciones lo ideal es optar, igual que los rostros redondos, por un flequillo cortina o de lado que aportan unas líneas verticales muy favorecedores en estos casos.
El rostro alargado debe buscar el efecto contrario al cuadrado, añadir líneas horizontales que rompan la verticalidad, por eso les favorecen los flequillos largos, rectos y tupidos. Otra opción que aporta volumen al rostro es el flequillo setentero a lo Farrah Fawcett, con mechones despuntados a la altura de los pómulos aunque actualmente se lleva menos marcado que en aquella década.
Una cara en forma de diamante se caracteriza por tener la frente ancha y el mentón afilado y para romper esa forma de triángulo invertido necesitan líneas diagonales que caigan sobre la frente, pero despejen la mandíbula. El flequillo ideal es el que cae de lado y va cortado a capas largas para dar volumen al tercio inferior de la cara.