Para Jada Pinkett Simth fue muy duro explicar hace unos años que sufre alopecia y que ésa era la razón por la que solía cubrir su cabeza con turbantes. Desde entonces, la actriz ha visibilizado la situación para exponer la enfermedad a la que se enfrentan muchas mujeres. Un tema de índole médico que ha vuelto a ser actualidad después de que Will Smith, su marido, perdiera los papeles y golpeara a Chris Rock en la gala de los Oscar tras una broma de mal gusto sobre su afección.

Lo único bueno que ha traído esta polémica es que ha dado lugar a que muchas mujeres que también sufren pérdida de cabello se expresen abiertamente sobre las consecuencias psicológicas de la alopecia. Porque esto va más allá de lo estético, es una cuestión que tiene una importante carga emocional y social. Fabiola Martínez ha sido una de las muchas que han utilizado las redes sociales para hablar del dolor que puede generar este tipo de bromas cuando eres quien lo padece.

“Es una vergüenza que alguien pueda mofarse de otra persona por este motivo”, daba su opinión la venezolana, que descubría que lleva años aplicándose un tratamiento para controlar la caída. “Existen diversos motivos: cambios hormonales (menopausia), emocionales (estrés, ansiedad), biológicos o incluso hereditarios, pero en todos ellos con una atención adecuada en los inicios se puede conseguir muy buenos resultados. Si es tu caso no sientas temor o vergüenza, busca ayuda profesional”, alentaba a sus seguidoras.

Carlota Quiroga, una instagramer de 29 años a la que diagnosticaron alopecia androgenética a los 14, por su parte, utiliza su altavoz para normalizar la calvicie en las mujeres, como ocurre cuando se trata de un hombre, con “activismo y humor” para evitar que se vea esta enfermedad como “una tragedia”. Precisamente, a su entender, lo que ocurrió el domingo demuestra que esta afección en ellas se contempla como una fatalidad y pone de manifiesto que aún hay mucho recorrido antes de hacer humor sano y abierto sobre ello sin producir dolor.

‘Weloversize’ en su blog recoge testimonios de anónimas que hablan de lo complicado que es aceptar esta realidad en una sociedad donde prima la superficialidad. “Es un proceso muy difícil, no nos vamos a engañar, pero una vez que ya lo has asumido… la vida es otro cantar. Haces de tripas corazón y empiezas a quererte de nuevo, empiezas a reflexionar, a rebuscar y encontrar. Casi siempre hay dos caminos: ponerle solución o dejarlo estar y amarlo como es. Ambas son igual de válidas”, reflexionaba una de ellas en un post.

Visto así es evidente que la alopecia es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo, es más, las cifras dicen que del total de personas que se someten a un trasplante capilar, algo más del 14% son mujeres. De hecho, las estimaciones en España señalan que hasta el 30% sufre algún tipo de alopecia a lo largo de su vida.

Situaciones de estrés, alteraciones hormonales derivadas de otras patologías, predisposiciones genéticas heredadas o el simple paso del tiempo suelen ser algunos de los motivos más comunes que provocan la aparición de esta enfermedad. Hay que recordar que el total de la población femenina se ve afectada por la pérdida de masa capilar que se produce por el paso de los años. Es normal que la melena pierda densidad, se note menos poblada y el cabello se vea más fino de cómo está en la juventud.