El arte de los 'automimos': darse un masaje facial a una misma es posible y muy relajante
Los masajes faciales servirán para desestresar la zona, una de las más afectadas después de un día complicado.
Para hacerlo bien, tendrás que tener en cuenta una serie de aspectos; habrá que prestar especial atención a la zona de la frente y las ojeras.
Después de un día estresante, lo único que nos apetece es relajarnos un poco. Tumbarnos, disfrutar de no hacer nada y si nos dan un buen masaje, pues mejor. Si estamos solas puede ser complicado disfrutar de ese masaje, pero tenemos que saber que siempre podemos dárnoslo a nosotras mismas. Eso sí, tendremos que elegir una zona que esté a nuestro alcance. La cara será una buena opción para que puedas hacerlo tú misma en casa. Los movimientos de las manos durante el masaje aumentarán la temperatura de la piel y de los tejidos más profundos, haciendo que mejore tu circulación, y a su vez, el aumento de la circulación sanguínea nos puede proporcionar diversos beneficios.
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Las ventajas de los masajes faciales
El primero será el incremento del aporte de oxígeno a las células. El oxígeno es el elemento básico para que las células puedan trabajar de forma adecuada y realizar todas sus funciones eficientemente; así, el aumento de la circulación nutrirá a todos los tejidos de la sangre.
El segundo es la limpieza. Las células generarán deshechos tóxicos que deben ser eliminados por el organismo. Por tanto, el incremento de la circulación ayudará, en gran parte, a que esta eliminación sea más rápida. También, el masaje prevendrá el envejecimiento de la piel, ya que las fibras de colágeno, con el paso del tiempo, van disminuyendo. Por eso, será muy importante y efectivo realizarse un buen masaje en la cara para que los movimientos hagan que las fibras de colágeno se activen.
Este tipo de masaje hará también que consigas desestresarte. Las diversas situaciones de nuestra vida diaria hacen que ciertos músculos de nuestra cara se tensionen, como puede ser la mandíbula y el ceño, al igual que le puede pasar a la espalda o al cuello. Es por ello que estos tipos de masajes relajan esos músculos, devolviéndoles un tono más cercano a la normalidad.
Además, si deseas hacerle un masaje a algún amigo o familiar, esto estrechará vuestra relación. Las manos tienen un gran poder de comunicación que va más allá de la palabra; el masaje evidencia el cariño que se le tiene a la otra persona y las caricias generadas pueden aumentar la relación entre las personas.
Aspectos a tener en cuenta antes de dar un masaje
Para realizar un buen masaje facial, lo mejor será que te dejes llevar. Además, procura que sea a un ritmo fluido, con movimiento suaves. Será muy importante este extremo ya que no querremos causarnos dolor, sino un momento de relax. Puedes utilizar aceites, cremas relajantes o cualquier otro producto que desees. Intenta tener la mejor actitud al realizar el automasaje; el objetivo será estar relajadas, tranquilas y disfrutar de un momento de paz.
También, antes de realizar cualquier masaje tendrás que saber cuáles son los puntos de la cara que más estrés acumulan. Por ejemplo, la frente es una de las zonas donde se da este extremo. Para relajarla habrá que masajear desde el centro hacia los laterales sin apretar mucho. El punto que se sitúa entre la nariz y los lacrimales también tiene que atraer nuestra atención, ya que ayudará a que desaparezcan las bolsas y las ojeras. Por último, partir del centro de la barbilla y subir hasta las orejas: esto habrá que hacerlo realizando un pequeño movimiento con los dedos que hará que la circulación fluya por esa zona.
Estos son los masajes fáciles más reconfortantes
Una vez que tenemos claro todos estos aspectos es el momento de ponernos manos a la obra. Uno de los masajes que te podrás dar será con la ayuda de cubos de hielo. Al aplicarlos en el rostro mejorarás la circulación de la sangre y te dará un brillo natural, a la vez que reduces la inflamación causada por los granos u otras irritaciones de la piel. Para realizarte este masaje tendrás que envolver el hielo en una tela delgada, para no quemar tu piel, y evitar masajear una misma área más de 15 minutos.
También, podrás optar por un masaje con inspiración china. Los asiáticos suelen tener la piel impoluta y esto se debe a la importancia que le dan a su cuidado. Lo primero que tendrás que hacer será frotar tus manos para calentarlas y comenzar por la frente haciendo pequeñas fricciones sobre tus ojos, mejillas y boca. Después, frota tu frente con la ayuda de una esponja, un cepillo o una toalla hasta que sientas calor. Con este tipo de masaje evitarás las arrugas en la zona y podrás eliminar los signos de fatiga. Otra opción será el masaje con palmaditas, que consistirá en darte pequeños masajes circulares con la parte inferior de los dedos.
Tienes que tener en cuenta que el contorno de ojos suele ser una de las zonas más afectadas. Para hacer el masaje da pequeñas palmaditas con la yema de tus dedos alrededor de los ojos y de las sienes. Para finalizar presiona con ambos dedos índices en el entrecejo y realiza un movimiento de arriba abajo, así podrás relajar la zona de expresión.