De un día para otro, la mascarilla antivirus se ha convertido en un complemento imprescindible para salir a la calle y ese pequeño trozo de tela va a cambiar por completo tu rutina de belleza y la manera de maquillarte.
Aunque te parezca complicado, no es incompatible llevar mascarilla e ir maquillada siempre que se sigan ciertas reglas que dictan tanto el sentido común, como los profesionales del maquillaje.
Apelando al sentido común, los ojos se van a convertir en la parte del rostro en la que derrochar mucha creatividad y todas tus habilidades. Por una parte, va a ser la parte visible de tu rostro y por otro, tendrás que dejar de lado los labiales clásicos para evitar manchar la mascarilla.
En cuanto a los consejos profesionales, hay reglas que van a cambiar y otras, como la higiene, en las que debes ser más estricta que antes. Estos son los pasos que debes seguir antes de salir y cuando vuelvas a casa.
Antes de ponerte manos a la obra, es fundamental limpiar y tonificar el rostro para eliminar grasa e impurezas, aportar luminosidad al rostro y equilibrar el pH de la piel. Con la piel limpia, el siguiente paso imprescindible es la hidratación para evitar irritaciones y dermatitis. Apuesta por cremas ligeras y libres de grasa (deja las más nutritivas para la noche) que retengan la humedad y evitar que el uso de la mascarilla asfixie la piel.
Son recomendables los sérums y cremas con ingredientes como la vitamina C, que potencia la producción de colágeno, el ácido hialurónico, que ayuda a combatir los radicales libres, el ácido láctico, que promueve la regeneración celular y el colágeno, que mantiene la flexibilidad de la piel.
Finalmente, no olvides la protección solar, aunque lleves la nariz, la boca y la barbilla tapadas, aplícala por la cara, o al menos en la frente, el cuello u el escote, es la única barrera que existe frente a los rayos UV.
Deberías olvidarte de las bases de maquillaje y los correctores por una temporada, es lo mejor para la salud de tu piel y para evitar dejar rastros sobre la mascarilla. Para quienes no puedan salir a la calle sin unificar el tono de la piel, lo más adecuado es apostar por una crema hidratante con color que se absorba rápido y permita que la piel transpire. Pero recuerda que es mejor dejar de lado por un tiempo la base de maquillaje.
Es el momento de presumir de ojos, así que hay que convertir al contorno y al corrector de ojeras en tus mejores aliados.
El contorno de ojos ayuda a corregir problemas como falta de hidratación, ojeras o arrugas de expresión y ya que vas a centrar todas las miradas en ellos, es el momento de incorporarlo a tu rutina de belleza diaria.
En cuanto al corrector, ahora que no vas a llevar base debes elegir uno de textura ligera y color similar al de tu piel y aplicarlo en capas muy delgadas y difuminadas.
El maquillaje de ojos se va a convertir en tu carta de presentación, por eso debes procurar que sea un reflejo de tu personalidad: puedes jugar con las sombras para dar color a las cejas, combinarlas con el color de tu mascarilla o hacer divertidos contrastes de color.
Cualquiera que sea tu maquillaje, hay algunos trucos que ayudan a despertar la mirada: un par de pasadas de máscara de pestañas para aportar volumen y abrir la mirada o aplicar iluminador en el lagrimal y el arco inferior externo de la ceja, que hace que los ojos parezcan más grandes.
Lógicamente, los ojos se van a convertir en los únicos protagonistas, pero qué puedes hacer si eres incapaz de salir a la calle sin los labios pintados (aunque nadie te los vaya a ver), pues la única opción son los labiales permanentes, así te aseguras de que no va a manchar la mascarilla, ni con el roce se te va a extender más allá de los labios.
Cuando estés de vuelta en casa, aprovecha que vas a lavarte las manos para limpiarte el rostro de cualquier resto de suciedad y de maquillaje. Vuelve a hidratarte el rostro con tu crema habitual.
Por la noche, cuando tengas claro que no vas a volver a usar la mascarilla, elige sérums y cremas nutritivas que ayuden a luchar contra el envejecimiento prematuro, a regenerar el manto lipídico y a estimular el metabolismo celular de la piel con ingredientes como el colágeno, el aceite de almendras dulces, la centella asiática o el retinol.