El mes de mayo es tradicionalmente el mes de las comuniones. Se trata de una fecha importante en la que, especialmente las niñas, se convierten en las grandes protagonistas y no solo por la importancia del evento, sino por todo lo que envuelve a sus estilismos.

El vestido es sin duda la pieza más importante del look, pero hay otros detalles como el calzado o el peinado que precisan atención para conseguir que el resultado sea armonioso y encaje con los gustos de la niña.

Si el vestido es una de las primeras decisiones que se suelen tomar, no hay que subestimar la importancia del peinado. Evita dejarlo para el último día para no tener que improvisar unos minutos antes de la ceremonia, pero recuerda que lo ideal es que las niñas de comunión lleven peinados sencillos y fáciles de ejecutar.

Entre las tendencias más vistas en tocados de comunión las flores se llevan el primer puesto, ya sea en forma de diadema, de corona o como simple detalle en una horquilla. Se trata de accesorios que combinan bien con cualquier tipo de peinado, del pelo suelto a los recogidos o semirrecogidos.

Una de las opciones más sencillas es dejar que la niña lleve el cabello suelto. Si quieres darle un aire diferente se pueden hacer con unas tenacillas unas ondas de medios a puntas y solo en algunos mechones. Para que las ondas se vean naturales hay que evitar que queden demasiado marcadas pasando los dedos para deshacer los bucles. Completa el peinado con una diadema o una coronita de flores sencilla.

Para una media melena hay otra opción fácil y muy cómoda que es peinar el cabello con la raya a un lado y sujetar los mechones delanteros del lado contrario con una horquilla o pasador decorado con una flor o cualquier otro adorno.

Un semirrecogido es otra apuesta fácil y cómoda que permite a la niña lucir su melena mientras mantiene el cabello retirado de la cara. Se pueden agarrar los mechones delanteros con un pasador, en una cola o realizando dos trenzas con los mechones delanteros sujetándolas detrás con un detalle que puede ser un pequeño bouquet de flores o un lazo.

La coleta es una de las opciones más socorridas, fáciles y bonitas para una niña de primera comunión. Solo necesitas recoger el cabello con una gomilla y taparla con un simple lazo de raso, de organza o del mismo tejido del vestido.

Si la niña tiene una melena larga, se puede partir la coleta en varias secciones y decorar cada una con un pequeño lacito que tape la gomilla. Si apuestas por este tipo de coleta no debes recargarla con grandes lazadas.

La opción de las trenzas también puede dar mucho juego, aunque si no eres una experta lo recomendable es que no te enredes en complicadas elaboraciones. Para la mayoría, las posibilidades van desde una trenza sencilla de tres cabos, a otras como las de dos cabos o las de raíz. En cualquier caso, las trenzas admiten accesorios como diademas o pequeñas coronas de flores que ayudan a enriquecer el peinado.

Las trenzas de raíz y las de dos cabos requieren algo más de habilidad, aunque si les coges el truco, y puedes aprender a hacerlas con cualquier tutorial, son fáciles de ejecutar. Igual que la trenza clásica, pueden ir acompañadas de un tocado sencillo, ya sea una corona o un pasador de flores.

La apuesta del recogido es poco usual para las niñas, pero pueden resultar bonitos si no son demasiado sofisticados. Un recogido bajo sin demasiados artificios puede ser una buena elección si sabes cómo conseguir el estilo relajado que necesita una niña de diez años. Unas flores salpicadas por el cabello pueden ser el remate perfecto.

Otra opción que puede resultar bonita para una niña es un clásico moño de bailarina, un rodete sencillo que admite adornos como un simple lazo alrededor, un pasador con florecitas e incluso algunas horquillas decoradas en uno de los laterales, delante o debajo del moño.