Tras un verano de baños en el mar o en la piscina y muchas horas de sol, el pelo acaba apagado, triste, con las puntas abiertas y con ganas de pasar por la peluquería para recobrar el color y la vida. Un corte suele ser necesario, pero el color es imprescindible.
Plantearte darle un cambio radical o mantener tu estilo de siempre es la primera decisión que debes tomar y una vez que sepas lo que quieres, consultar en la peluquería si es adecuado para ti, pues en ocasiones los cambios que buscas no son viables y te pueden acabar de estropear el cabello.
La buena noticia es que, ya tengas el pelo claro u oscuro, las posibilidades para encontrar el tono de otoño perfecto para tu cabello son muchísimas y todas igual de apetecibles.
Si tu cabello es muy oscuro no deberías intentar aclararlo de una sola vez porque el resultado no te va a gustar. Debes optar por un aclarado gradual que no castigue en exceso el cabello. La primera opción es un smoky brunette es decir, aplicar unas mechas degradadas en color ahumado que aporte volumen y movimiento al pelo.
Otra posibilidad es optar por un tinte en color chocolate (sin leche), ya lo lleves en bloque, que está especialmente recomendado para pelos cortos, o con cualquier técnica de mechas. Se trata de un color cálido que aporta luz y dulcifica los rasgos.
Si buscas aclarar un cabello muy oscuro, la opción perfecta es el color avellana. Es un tono cálido de castaño que suaviza las facciones y para conseguirlo puedes jugar con diferentes tonalidades de tinte (café, caoba y caramelo) para dar movimiento y profundidad al cabello e incluso sumar unas mechas rubias con la técnica balayage para dar más luz al rostro.
Su tu cabello es claro, tienes opciones de color que van de los tonos más fríos a los cálidos. El color más claro entre las tendencias de otoño es el rubio arena, un tono muy claro que no llega a la frialdad del platino, en el que se mezclan mechas de tonos grises con el rubio de base.
El rubio natural es una coloración en la que se mezclan diferentes tonalidades de rubio, unos fríos y otros cálidos: miel, dorado, castaño claro e incluso algún mechón rubio platino. Es más claro en la raíz y más rubio en las puntas, pero no se debe confundir con unas californianas.
Del mismo modo que existe un moreno ahumado, puedes conseguir un smokey gold en el que se mezclan matices rubios dorados con tonalidades café y ceniza, cuyo resultado cálido favorece especialmente en los meses más fríos del año.
Aunque el rubio platino sigue siendo una opción para rubias muy claras, este año la tendencia se relaja y apuesta por tonalidades más cálidas como el llamado blonde beige. Se trata de un rubio más natural y sin raíces oscuras, que resulta de la combinación de diferentes tipos de mechas en distintas tonalidades de rubio sin generar excesivos contrastes.
Otro de los tonos de tendencia es el cobre, algo más claro que el castaño y menos vivo que el pelirrojo. Los cobrizos dorados favorece especialmente a mujeres de piel clara y con pecas, mientras que el tono que tira al burdeos es perfecto para pieles bronceadas.
El ámbar es una variación del cobrizo y se trata de una combinación de mechas de diferentes tonalidades cobrizas y rubias aplicadas a capas y degradadas, de manera que la raíces quedan algo más oscuras.
Uno de los colores que lleva varias temporadas buscando protagonismo es el gris y parece que este año es absoluta tendencia. Las tonalidades grises (plata o ceniza) se pueden conseguir en un cabello completamente cano, en uno rubio o en uno castaño. En el primer caso bastará con aplicarte un champú específico que mantenga tus canas a raya para que no amarilleen. Si eres rubia, bastará con incorporar en tu melena algunos reflejos grises, pero si el color natural de tu pelo es castaño o moreno será necesario pasar por la decoloración, un proceso que debilita y reseca el cabello.